Aumento del Trabajo Infantil a Nivel Mundial: México no es la Excepción

Según la Organización Internacional del Trabajo y Unicef, el trabajo infantil ha experimentado un incremento por primera vez en dos décadas. México no escapa a esta preocupante tendencia, con 3.3 millones de niños, niñas y adolescentes involucrados en labores laborales, según revelan las últimas encuestas.

El informe de las Naciones Unidas destaca que el sector agrícola es responsable del 70% de los casos de trabajo infantil a nivel mundial. Dentro del territorio mexicano, Oaxaca lidera la triste estadística con una tasa de trabajo infantil del 21.5%.

La pandemia global ha sido un factor determinante en este retroceso, con el cierre de escuelas y la pérdida de ingresos familiares que han llevado a una mayor presión sobre las familias para recurrir al trabajo infantil. Además, la crisis mundial de hambre, los conflictos y el aumento en los costos de energía y alimentos han exacerbado la problemática.

Javier Ruiz, director general de World Vision en México y España, advierte sobre los riesgos que el trabajo infantil impone en el desarrollo mental, físico y social de los niños y adolescentes. En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Ruiz ya había manifestado que cuando un niño trabaja seis o más horas al día, se le arrebata su infancia y se le priva del derecho a estudiar, jugar y descansar adecuadamente para su desarrollo integral.

Ante esta situación alarmante, la organización World Visión ha presentado los resultados de su programa Campos de Esperanza, el cual busca prevenir el trabajo infantil y mejorar las condiciones laborales en comunidades agrícolas migrantes. En colaboración con el sector privado y en coordinación con el gobierno de México a nivel federal, estatal y municipal, se ha capacitado a más de 24 mil productores y jornaleros en seguridad y salud laboral, así como a más de 3 mil 900 funcionarios públicos.

Óscar Castillo, director de Campos de Esperanza, destaca que actualmente se implementan cuatro proyectos de prevención del trabajo infantil en México, siendo Campos de Esperanza el de mayor trayectoria. Estos proyectos cuentan con el respaldo financiero del Departamento de Trabajo de Estados Unidos (USDOL) y se enmarcan en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El programa Campos de Esperanza, iniciado en 2016 en comunidades agrícolas de Veracruz y Oaxaca, ha logrado importantes avances:

Las buenas prácticas de este programa se han extendido a otras regiones de México, como Chihuahua, Baja California Norte Sur, Sinaloa, Sonora y Jalisco. Ante el aumento del trabajo infantil, es imperativo que se intensifiquen los esfuerzos para erradicar esta problemática y garantizar un futuro digno para los niños y niñas del país.

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