La investigadora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer cómo fue contratada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), ya que alguien solicitó al Instituto Nacional de Transparencia información sobre esto, por lo que ofreció una amplia explicación en su perfil de Facebook.
“Para poder ser Profesor Investigador Titular de Tiempo Completo (PIT-PTC) en una universidad, lo más recomendable es ingresar a una institución pública de educación superior porque estas suelen pertenecer a una red federal acreditada (PNPC) o internacional, de posgrados de calidad. Sin embargo, alcanzarlo es difícil: hay poca oferta de plazas y muchos egresados en demanda de ellas”.
Además, aseguró, en los últimos años el nivel de competencia se ha elevado, debido a estos los profesores que han obtenido una plaza cuentan con al menos el nivel de doctorado.
Fue en 2014 cuando se inscribió al concurso ‘Convocatoria Retenciones y Repatriaciones’, el cual ofreció el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de esa forma ingresó a la BUAP en enero de 2015, el primer año de su sueldo lo pagó el Consejo, como la universidad decidió contratarla, los otros cuatro años su sueldo fue cubierto por la institución.
“La Ley Orgánica de la universidad da el derecho a los PTC de concursar por una plaza definitiva al cumplirse el quinto año de permanencia en la institución. Como cada año, la BUAP abrió la convocatoria ‘Concurso de Evaluación Curricular 2019’ me inscribí, luego de cubrir el principal requisito: antigüedad de cinco años reglamentarios”, añadió.
La esposa de López Obrador detalló que fue así como ella y 171 académicos obtuvieron su contrato definitivo, ella obtuvo el nivel A por lo que su sueldo neto mensual es de 16 mil 822 pesos.
Beatriz Gutiérrez aseguró que esta plaza en la BUAP es congruente con lo que anunció desde que su esposo estaba en campaña por la presidencia de México, en donde expuso que no ocuparía el cargo de ‘Primera dama’ ni dirigiría el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“Así termina esta historia. La ha propiciado una petición hecha al INAI, seguramente de alguien que codicia mi fracaso (¿o el de mi esposo?) o que nace a la luz de la tiniebla de quien se frota las manos pensando: ‘ya la cachamos, es aviadora’… Sí, quizá sea de este modo: me cacharon confesando que la carrera académica me ha dado sinsabores y desengaños, sobre todo cuando un despistado confunde mi profesión con su fobia política. Sin embargo, mi carrera académica me ha brindado satisfacciones y logros. En vez de decepcionarme este o aquel, me volvió más perseverante”.
Fuente: AGENCIAS