Tijuana enfrenta una situación de caos e incertidumbre este jueves debido al desabasto de gasolina, provocado por el bloqueo de la mayor planta abastecedora de Pemex en Playas de Rosarito por parte de un grupo de colonos. La protesta, que comenzó el domingo y busca la regularización de terrenos, ha dejado a la ciudad fronteriza con Estados Unidos con estaciones cerradas y largas filas de automovilistas.
Empresarios y trabajadores del sector gasolinero han expresado su preocupación ante el desabasto creciente. La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, calificó la situación como “escasez momentánea” y aseguró que se está gestionando el reabastecimiento con Pemex.
La empresa RendiChicas, que emplea exclusivamente a mujeres y opera 32 estaciones en Tijuana, ha sido gravemente afectada, con 25 estaciones cerradas y el resto funcionando de manera intermitente. Patricia Sajaragüi, gerente de la empresa, manifestó que no tienen certeza sobre la reapertura de las estaciones y cuestionó la distribución desigual de Pemex.
Las trabajadoras de RendiChicas han sufrido una significativa reducción en sus ingresos debido a la falta de propinas. Guadalupe Rivas, una de las trabajadoras, explicó que la situación ha reducido su ingreso en un 50 %, afectando su capacidad para cubrir gastos. Un grupo de empleadas se manifestó en la zona de playas de Tijuana, pidiendo una solución urgente al conflicto.
El bloqueo de la planta de Pemex es encabezado por Juan de Dios Escalante, vocero de los colonos, quienes demandan una mesa de negociación para la titulación de los terrenos que han habitado durante 36 años. Escalante advirtió sobre la posibilidad de un conflicto social si no se encuentra una solución a su problemática.