En medio de la visita de una delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken, la caravana migrante denominada ‘Éxodo de la Pobreza’ avanza en México, presionando al Gobierno en busca de soluciones humanitarias. El grupo, compuesto por más de 6 mil migrantes, ha recorrido 70 kilómetros desde Tapachula hasta Escuintla, Chiapas, mientras exige diálogo con las autoridades mexicanas.
La delegación estadounidense, que incluye a Alejandro Mayorkas y Elizabeth Sherwood-Randall, se reunió con el presidente López Obrador para abordar el repunte migratorio. Los migrantes y activistas acompañantes buscan atención a la situación de pobreza extrema, huyendo de la miseria, pandillas y en busca de oportunidades de trabajo.
El coordinador del Centro de Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, expresó que la frontera sur “no es el patio trasero de nadie” y subrayó que los migrantes “no son moneda de cambio”. A pesar de la reunión, algunos expresan escepticismo sobre los beneficios concretos.
La caravana, enfrentando cifras históricas de migrantes en la frontera con Estados Unidos, planea continuar su marcha hacia el norte del país si no obtienen respuestas positivas por parte del Gobierno mexicano. Entre los migrantes, se destaca el caso de Jonás Sosa, un venezolano con discapacidad que busca atención humanitaria y destaca la necesidad de reconocimiento a las personas con discapacidad en la crisis migratoria.
La situación se intensifica con la dispersión del grupo en varios municipios, y se espera que continúen su travesía en busca de mejores condiciones de vida.