La Secretaría de Gobernación (Segob) reveló que los cárteles de la droga en México reclutan a menores de edad para incorporarlos a sus filas y obligarlos a realizar diversas actividades delictivas, que van desde el halconeo y el trasiego de drogas hasta secuestros, desapariciones y asesinatos.
De acuerdo con el “Mecanismo estratégico del reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos y la delincuencia organizada en zonas de alta incidencia delictiva”, esta práctica no está tipificada como un delito en el Código Penal Federal ni en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA), lo que facilita la impunidad de los reclutadores.
“La falta de reconocimiento jurídico en el derecho mexicano, así como la ausencia de castigo para los reclutadores, contribuyen no sólo a privar de un futuro mejor a los menores en nuestro país”, señala el informe. Además, advierte que el reclutamiento de menores implica graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo la pérdida de libertad, dignidad e incluso la vida.
El informe identifica a los 18 estados más afectados por este fenómeno: Baja California, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. En estas entidades operan cárteles como el de Sinaloa, Jalisco, Arellano Félix, Juárez, Los Viagras, Los Rojos, Los Zetas y del Golfo, además de escisiones como Los Beltrán Leyva, Caballeros Templarios y la Familia Michoacana.
Las víctimas son empleadas en al menos 15 tipos de actividades delictivas, según su edad. Los menores de 6 a 12 años son utilizados como mensajeros, halcones y transportistas de drogas. En el caso de los adolescentes de 13 a 17 años, las tareas incluyen robos con o sin violencia, cobro de piso, vigilancia de casas de seguridad, secuestro, sicariato y desaparición de cuerpos.
Según el documento, los grupos criminales utilizan diversas estrategias para atraer a los menores, como el contacto por redes sociales, la seducción a través de videojuegos, amenazas directas o indirectas, e incluso la privación de la libertad en el caso de menores migrantes. La falsa promesa de ingresos o empleo también es una táctica común.
La Segob alertó sobre las graves consecuencias psicológicas y sociales que enfrentan los menores reclutados, quienes suelen presentar trastornos agudos en sus funciones sociales y educativas. “La escalada de violencia en forma piramidal se da con aquel niña, niño o adolescente reclutado que presenta un mayor nivel de reincidencia violenta, llegando a disfrutar con el sufrimiento ajeno”, destaca el informe.
Ante este panorama, la Secretaría de Gobernación insistió en la urgencia de realizar reformas legislativas para tipificar el reclutamiento de menores como un delito grave y castigar a los responsables.
