En una serie de violentos ataques ocurridos el sábado, cinco taxistas perdieron la vida y cinco personas resultaron heridas, incluyendo a tres pasajeros, en los municipios de Tixtla y Chilpancingo, Guerrero.
Los perpetradores incendiaron los vehículos y llevaron a cabo los asesinatos en una jornada marcada por la violencia. Según el periódico Reforma, se reportaron un total de nueve ataques, dos de ellos en Tixtla, que involucraron el incendio de un taxi y, aparentemente, el asesinato de su conductor.
En Chilpancingo, hubo varios ataques contra unidades de transporte público, principalmente camionetas tipo combi. En la ruta Chilpancingo-Petaquillas, individuos armados dispararon a la cabeza del conductor de una unidad, según lo informado por Reforma.
En respuesta a estos hechos, la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz de Guerrero emitió un comunicado anunciando el despliegue de fuerzas federales y estatales en la zona para garantizar la seguridad. La policía estatal, en colaboración con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, llevarían a cabo recorridos y establecerían puntos de control en lugares estratégicos para disuadir la comisión de delitos en el corredor Chilpancingo-Chilapa y en el corredor del poblado de Petaquillas.
Como resultado de la violencia, la ciudad de Guerrero se quedó sin unidades de transporte público, ya que los operadores decidieron no salir a las calles.
Estos incidentes ocurrieron días después de que se diera a conocer una reunión entre la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, y un presunto miembro del crimen organizado local. El viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que había hablado con la gobernadora Evelyn Salgado para solicitar que se iniciara una investigación sobre este asunto. El presidente reiteró su compromiso de no permitir la impunidad y afirmó que “ahora no se tolera la delincuencia”.
