Critican a senadora por etiquetar ayuda de Taiwán

Raquel Bonilla colocó su nombre en despensas donadas a Veracruz, generando acusaciones de uso político de la ayuda humanitaria.

Poza Rica, Veracruz.- La senadora morenista Raquel Bonilla enfrenta una oleada de críticas luego de que circularan en redes sociales imágenes de la ayuda humanitaria enviada por Taiwán, misma que la legisladora membretó con su nombre antes de ser distribuida a los damnificados por las inundaciones del 10 de octubre.

El material visual muestra a la senadora colocando etiquetas en cada despensa con la leyenda “México y Veracruz, Taiwán solidario”, acompañada de las banderas de ambas naciones y de su nombre impreso en la parte inferior, lo que desató acusaciones de apropiación política de la ayuda internacional.

El pasado 28 de octubre, Bonilla publicó en sus redes sociales su encuentro con el embajador de Taiwán en México, Iván Y. J. Lee, a quien agradeció la solidaridad mostrada hacia Veracruz. En una grabación posterior, la senadora aparece supervisando el empaquetado de los insumos enviados desde la isla.

Sin embargo, pobladores de Poza Rica, su ciudad natal, así como opositores políticos, denunciaron que la legisladora personalizó la ayuda humanitaria con fines de promoción personal en medio de la emergencia.

La polémica ocurre además en un ambiente de tensión. Desde el inicio de la contingencia, ciudadanos denunciaron que autoridades municipales impedían que particulares entregaran los apoyos directamente a los damnificados, exigiendo que fueran canalizados únicamente a través de un centro de acopio oficial.

De acuerdo con los pobladores, la intención era que la ayuda fuese entregada públicamente por la administración municipal y por la alcaldesa electa, Adanely Rodríguez —también de Morena—, lo que generó mayor molestia y sospechas de uso político del desastre.

Ante estas restricciones, diversos influencers y voluntarios comenzaron a transmitir en vivo la entrega directa de apoyos, para evitar que las autoridades reclamaran la centralización de la ayuda o intentaran adjudicarse recursos donados por la ciudadanía.

El caso de Raquel Bonilla revive el debate sobre la utilización de la tragedia como capital político, especialmente cuando se trata de ayuda internacional destinada a víctimas de desastres naturales. La ciudadanía exige que la asistencia se entregue de forma transparente, sin nombres ni colores partidistas, y sin intentos de propaganda disfrazada de solidaridad.

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