La presidenta Claudia Sheinbaum defendió este lunes la decisión del Gobierno de México de enviar un representante a la investidura de Nicolás Maduro el próximo 10 de enero. En su conferencia matutina, Sheinbaum afirmó: “En el caso de Venezuela, irá un representante a la toma de protesta, pero no vemos por qué no deba ser así. Le corresponde a las y los venezolanos, no a México, definir”.
Este pronunciamiento marca un cambio en la postura del Gobierno mexicano, que había exigido “transparencia” en las elecciones venezolanas durante la transición de Gobierno en México en julio. A pesar de las críticas de Estados Unidos y la Unión Europea sobre la legitimidad de la reelección de Maduro, Sheinbaum justificó el reconocimiento de su victoria, señalando que la Constitución mexicana respeta la autodeterminación de los pueblos.
La mandataria, quien asumió el cargo el 1 de octubre y cuenta con un 78% de aprobación, había anunciado previamente que enviaría al embajador Leopoldo de Gyves como representante en la ceremonia, lo que representa la primera vez que reconoce oficialmente la reelección de Maduro, cuestionada por varios gobiernos y organizaciones internacionales.
Desde el 15 de octubre, Sheinbaum adoptó una postura “imparcial” respecto a la crisis poselectoral en Venezuela, a diferencia de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien había abogado por la transparencia en las elecciones junto a otros líderes latinoamericanos.
La decisión de Sheinbaum se produce en un contexto donde el líder opositor venezolano Edmundo González, considerado por muchos como el verdadero ganador de las elecciones del 28 de julio, está realizando una gira por América para buscar apoyo ante la investidura de Maduro. González se reunirá este lunes con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras encuentros con los mandatarios de Argentina y Uruguay.
