La Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) ha anunciado que perseguirá a los funcionarios mexicanos que protejan el tráfico de fentanilo hacia el país norteamericano, si existen suficientes evidencias de su involucración. Así lo aseguró la jefa de la agencia antidrogas, Anne Milgram, durante una audiencia en el Capitolio.
Milgram hizo hincapié en la importancia de perseguir la corrupción que alimenta el tráfico de drogas en México y en el mundo. Como ejemplo, mencionó la acusación por narcotráfico que la DEA interpuso contra el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y contra el actual mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro. La DEA seguirá la evidencia a donde quiera que esta los lleve, sin importar quiénes sean los implicados.
El pasado 14 de abril, el Departamento de Justicia de los EEUU anunció nuevos cargos contra varios líderes del Cártel de Sinaloa y sus facilitadores en todo el mundo. Milgram señaló que estas acusaciones envían un mensaje claro a Los Chapitos y a las redes criminales de drogas en todo el mundo: la DEA no se detendrá ante nada para proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos y la seguridad y la salud del pueblo estadounidense.
La DEA ha contribuido a la recopilación de información para el arresto de funcionarios mexicanos como Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, y el ex secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos.
A pesar de los esfuerzos de la DEA, el ex agente de la organización, Mike Vigil, considera que las relaciones de seguridad entre Estados Unidos y México están muy dañadas debido a las recientes declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que el operativo que hizo la agencia antidrogas para infiltrarse al Cártel de Sinaloa y el espionaje que hicieron agencias de inteligencia de EEUU al Cártel del Golfo, eran “intromisiones abusivas y prepotentes”. Vigil no cree que estas relaciones mejoren en este sexenio y que, por el contrario, podrían empeorar.