El presidente Andrés Manuel López Obrador y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, desestimaron el presunto hallazgo de un crematorio clandestino en la alcaldía Iztapalapa como un “montaje frustrado” con fines políticos. Ambos líderes aseguraron que el incidente, descubierto por la madre buscadora Cecilia Flores, fue orquestado para desacreditar al gobierno capitalino en plena temporada electoral.
Batres Guadarrama, en una conferencia conjunta con el mandatario, afirmó que tras una exhaustiva investigación se determinó que no existía ningún crematorio ni fosa clandestina en la zona. Los restos encontrados, según peritos, correspondían a animales, desacreditando así las acusaciones iniciales.
La madre buscadora, Cecilia Flores, quien inicialmente alertó sobre el presunto crematorio, ha solicitado la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) luego de que el gobierno capitalino concluyera que no había evidencia de actividad ilegal en el lugar. Flores ha expresado su frustración y ha instado a que se hagan públicos los resultados de los estudios realizados a las cenizas.
A pesar de la insistencia de Flores en continuar con la búsqueda en el área, las autoridades han subrayado que el incidente fue resultado de un intento de desestabilización política más que de un problema real.