
La reciente licitación de medicamentos convocada por el Gobierno federal para la compra de productos médicos enfrentó grandes dificultades, resultando en un alarmante desabasto. Según Rafael Gual Cosío, director de la Cámara de la Industria Farmacéutica (Canifarma), los altos precios de referencia y la complejidad en la distribución de medicamentos fueron dos factores clave que desincentivaron a los laboratorios a participar.
De las 3,900 claves de medicamentos que se licitaron, más del 60% no fueron adjudicadas, con 1,318 sin oferta económica y 1,044 declaradas desiertas. Entre los productos más críticos que no recibieron propuestas se encuentran analgésicos comunes como el paracetamol e ibuprofeno, antibióticos esenciales como la ampicilina, así como insumos médicos como gasas y jeringas. La falta de ofrecimientos también afecta a fórmulas lácteas para recién nacidos.
Expertos señalan que los plazos y precios poco atractivos, junto con la falta de planeación en el proceso de licitación, han generado estos retrasos. El proceso de licitación es descrito como complejo, ya que involucra variables como la distribución, disponibilidad de materias primas y capacidad de producción, las cuales no pueden ser resueltas en tan solo tres meses.
Además, organizaciones como Cero Desabasto han expresado su preocupación, especialmente por la falta de medicamentos oncológicos, una situación que afecta gravemente a los pacientes que dependen de tratamientos inmediatos.
El Gobierno federal, por medio de la Secretaría de Salud y Birmex, está en proceso de negociar con los laboratorios para resolver los pendientes y ajustar precios, plazos y condiciones de distribución, con el fin de evitar una crisis de desabasto.