Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), solo el 52.3% de la población urbana en México disfruta de un suministro constante de agua potable, revelando un descenso desde el 57.7% en 2021. Este preocupante dato se desprende de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (Encig), que muestra también una disminución generalizada en la satisfacción con los servicios públicos básicos, descendiendo del 48.2% al 48.2% en 2023.
La Encig destaca que nueve estados experimentaron una reducción en el suministro constante de agua entre 2021 y 2023, incluyendo entidades como Chihuahua, Nuevo León y Quintana Roo, mientras que solo seis lograron aumentar sus porcentajes en este rubro, como Colima y la Ciudad de México. Además, el informe reveló disparidades significativas en el acceso al agua potable entre diferentes localidades, con un marcado contraste entre áreas donde más del 70% de la población tenía acceso al suministro y otras donde apenas una cuarta parte o menos lo disfrutaba.
La situación se agrava ante la crisis hídrica que enfrenta el país, especialmente en zonas urbanas como la Ciudad de México. Esta problemática ha llevado a un aumento en la desconfianza hacia la calidad del agua potable, con solo un 20.9% de la población expresando confianza en poder beberla sin enfermarse, y a la percepción generalizada de desperdicio de agua debido a fugas, señalado por el 63.4% de los encuestados.
A nivel nacional, la Encig también reveló una insatisfacción creciente con los servicios públicos básicos y bajo demanda, como el suministro de agua potable y la recolección de basura. Aunque estos servicios aún mantienen un grado aceptable de satisfacción, las calificaciones más bajas se otorgan a aspectos como el estado de calles y avenidas, así como a la labor de la Policía, reflejando un descontento generalizado con la gestión gubernamental en estas áreas clave para la calidad de vida de la población urbana.