La tristeza y la desolación persisten en las playas de Acapulco después de casi dos meses del huracán Otis, a pesar del anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la apertura de 130 hoteles. En la playa de Pie de la Cuesta, uno de los destinos turísticos más importantes de México, la falta de visitantes amarga las vacaciones decembrinas, una época crucial para la economía local.
A pesar de la promesa de López Obrador de “poner de pie” a Acapulco para Navidad, muchos negocios, como el del restaurantero Juan Manuel Vilchis, se enfrentan a daños graves y latentes. Vilchis, afectado en la franja de arena, afirmó que no podrá reconstruir su negocio hasta enero debido a la magnitud de los daños. Mientras tanto, se sostiene alquilando habitaciones y mobiliario, enfrentando ingresos mínimos.
El desastre persiste en la zona, con 16 hoteles y más de 50 restaurantes en Pie de la Cuesta que sufrieron daños graves. Aunque algunas autoridades indican que siete negocios están listos para recibir turistas, operarán al 50% de su capacidad habitual.
Fabiola Hernández Cedeño, una camarista de un hotel local, señala que a pesar del intenso trabajo de reconstrucción, la visita de turistas es mínima, y la tristeza se siente en la comunidad que depende del turismo para sobrevivir.
La presidenta de la Unión de Propietarios de Negocios de la Zona Turística de Pie de la Cuesta, María Nelly Mejía, destaca la cancelación de reservaciones debido a la percepción de “muchos problemas” en Acapulco. Urge una campaña para atraer visitantes y reactivar la economía local.
Aunque las reservaciones para después del 25 y 26 de diciembre han comenzado a llegar, con un 40% ya apartado, los empresarios locales siguen esforzándose en limpiar, reparar y prepararse para ofrecer atractivos eventos sociales. La esperanza reside en eventos como bodas y fiestas de fin de año, con la aspiración de superar la tragedia y salir adelante en esta temporada difícil.
