Dicen que Dicen 05 de noviembre 2025

De los inspectores clonados a los contratos con pedigree, entre apps milagrosas, pleitos sindicales y manoseos de Estado, México sigue demostrando que la corrupción no muere: sólo cambia de chaleco y de discurso.

Inspectores de fantasía

DICEN QUE DICEN que en la capital potosina hasta los inspectores salen clonados. El director de Comercio, Ángel de la Vega Pineda, alertó que falsos funcionarios andan recorriendo los negocios con chalecos pirata y la misma vieja técnica: pedir “una lanita” para dejar todo “en regla”. Lo curioso es que los verdaderos inspectores tampoco gozan de buena fama, pues el propio de la Vega ya ha tenido que dar de baja a más de 15 por corrupción. En otras palabras, el comerciante nunca sabe si quien llega a su local viene a supervisar o a extorsionar. Y mientras se promete un “comercio amable”, la confianza sigue en terapia intensiva. En San Luis, la corrupción no se disfraza sólo cambia de chaleco…

Luz a precio de sombra

DICEN QUE DICEN que el Ayuntamiento de San Luis Potosí encontró la forma más cara de encender un foco: pagando 2.2 millones de pesos a Fernando Pérez Espinoza “Calolo”, aquel político reciclado que un día fue priista, luego perredista y hoy parece proveedor estrella del alcalde Enrique Galindo Ceballos. La compra, disfrazada de “materiales diversos para alumbrado público”, apareció en la Plataforma Estatal de Transparencia como quien deja migas en el camino… pero con olor a negocio entre amigos. El vocero de Ciudadanos Observando, Lupillo González, lo resumió a la perfección: Pérez Espinoza reapareció justo a tiempo para facturar su regreso a la vida pública. Y mientras la ciudad sigue a oscuras por fugas de dinero y luminarias fundidas, el Ayuntamiento Capitalino, como siempre, presume transparencia a media luz

Autonomía o abandono

DICEN QUE DICEN que la SEGE ofreció protocolos y asesoría jurídica a la UASLP para atender la violencia de género, pero la universidad prefirió decir “no, gracias”, como si la autonomía incluyera el derecho a tropezar sola. El titular Juan Carlos Torres Cedillo insistió en que el gobierno estatal no busca meterse en los asuntos internos, pero tampoco puede cruzarse de brazos mientras los estudiantes viven con miedo en los pasillos. Y tiene razón: la autonomía universitaria no debería ser sinónimo de impunidad institucional. Mientras la SEGE extiende la mano, la UASLP se encierra en su torre de marfil, temerosa de admitir que el problema la rebasó. Entre protocolos rechazados y silencios académicos, las víctimas siguen esperando justicia y no precisamente en el aula…

Juventud panista en app

DICEN QUE DICEN que el PAN anda tan urgido de aire fresco que decidió buscar militantes… en una aplicación. La dirigente Verónica Rodríguez anunció que ahora cualquier joven de la sociedad civil podrá registrarse, capacitarse y hasta postularse a una candidatura con solo unos clics, como si la democracia viniera en versión descargable. Dicen que el programa “Es Líder” promete formar a los nuevos cuadros azules en ética pública, liderazgo y gestión electoral, aunque algunos sospechan que terminará siendo más un curso exprés de cómo posar para la foto. Aun así, el intento tiene su mérito: abrir las puertas del partido a una generación que no lo recuerda en el poder. Si el PAN logra que los jóvenes se involucren más allá del registro digital, quizá consiga algo que hace años perdió: conexión con la realidad

Censo con color político

DICEN QUE DICEN que en la Huasteca el agua bajó, pero la podredumbre política sigue flotando. Habitantes y organizaciones indígenas denuncian que los Servidores de la Nación hacen el censo de damnificados como si repartieran boletos electorales: los apoyos no van a los más afectados, sino a los más alineados. Según Juan Felipe Cisneros Sánchez, del Observatorio Indígena Mesoamericano, basta con cuestionar a Guillermo Morales para ser tachado de “alborotador” y borrado del padrón. El castigo por exigir ayuda se paga con exclusión, y los verdaderos damnificados vuelven a perder, esta vez frente a la miseria proselitista. Se comenta que el programa presume ser “ajeno a cualquier partido político”, pero en la práctica parece coordinado por el comité de campaña del 2027. Dicen las malas lenguas que en la Huasteca, la desgracia natural se volvió botín electoral, y la justicia social, simple propaganda con chaleco guinda

Pleito por el poder (y el contrato)

DICEN QUE DICEN que en la planta Valeo TPT 2 los sindicatos CAT y CROC se olvidaron de los derechos laborales y se lanzaron a los golpes por lo que realmente importa: el control del contrato colectivo. Entre gritos, empujones y “refuerzos” importados, quedó claro que la pelea no era por los trabajadores, sino por la tajada del pastel sindical. Mientras los obreros piden libertad y transparencia, sus supuestos defensores se comportan como pandillas de barrio peleando por territorio. Así la “democracia sindical” que tanto presumen: con cascos, credenciales y trifulcas a la entrada de la fábrica…

Compañero de ocasión

DICEN QUE DICEN que Gerardo Fernández Noroña volvió a hacer lo que mejor le sale: convertir la tragedia en monólogo. Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, el autodenominado tribuno de la izquierda salió a regañar a la “derecha carroñera” y a presumir una amistad que, curiosamente, nadie recordaba hasta ahora. En su canal de YouTube se presentó como el gran mediador que logró que Alfredo Ramírez Bedolla recibiera al hoy fallecido, como si el dolor ajeno fuera currículum político. Al final, más que homenaje, fue autopromoción disfrazada de lamento. En el teatro de la 4T, Noroña no desaprovecha ni los funerales para buscar reflectores…

El culpable siempre es “la derecha”

DICEN QUE DICEN que el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, encontró al responsable de todo: “la derecha”. Así, con ese comodín mágico, pretende explicar la indignación ciudadana por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Según él, la protesta en Morelia no fue dolor, fue conspiración. Qué conveniente: cuando el crimen rebasa al Estado, el enemigo político sirve de cortina. En lugar de asumir la violencia que desangra a Michoacán, Bedolla se escuda en fantasmas partidistas para justificar su parálisis. La gente no salió a marchar por consigna, sino por miedo y hartazgo. Pero claro, es más fácil culpar al bloque conservador que aceptar que su gobierno perdió el control hace rato y con él, la vergüenza

Toqueteo de Estado

DICEN QUE DICEN que la presidenta Claudia Sheinbaum no sólo fue víctima de un manoseo, sino del desaseo de su propio aparato de seguridad. Lo ocurrido revela que cualquiera puede acercarse a la jefa del Ejecutivo y, de paso, exhibir la vulnerabilidad de un gobierno que presume control, pero no puede garantizar el perímetro más básico. Que el agresor no haya sido detenido al instante es otra postal del caos: los escoltas sin reflejos, los funcionarios sin criterio y el agresor libre, como si la “primera mandataria” fuera ciudadana de a pie. Se quiso borrar la escena con discursos de empatía, pero el mensaje fue otro: si así cuidan a la Presidenta, imagínese al resto de los mexicanos

Porque en San Luis Potosí y en México, siempre habrá alguien que diga que dicen… y casi siempre, tendrá razón.

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