Naranja con vestido listo
DICEN QUE DICEN que en Movimiento Ciudadano ya se probaron el traje para 2027 y hasta aseguran que pueden ir solos, aunque dejan la puerta entreabierta para acuerdos “locales”, por si el camino se empina. Marco Antonio Gama presume que perfiles femeninos no faltan y suelta nombres como Marvely Costanzo, Paola Longoria y Josefina Salazar, como si el naranja tuviera guardarropa amplio y planchado para la gubernatura. Celebra la reforma de paridad como avance histórico, dice que no tiene dedicatoria y que obliga a todos a ponerse a trabajar, mientras reconoce —con cautela jurídica— que siempre puede venir la impugnación, porque así es la democracia cuando se estira la liga. Y entre elogios a la igualdad sustantiva, ejemplos de Hidalgo y Nuevo León, y el recordatorio de que la ciudadanía “es inteligente”, el mensaje queda claro: MC quiere competir, quiere mujer y quiere narrativa de modernidad. Falta ver, dicen los malpensados, si además del discurso hay músculo y si el color alcanza para pintar todo el mapa…
Cierre con mesa puesta
DICEN QUE DICEN que mientras muchos ya andan en modo vacaciones, Ricardo Gallardo Cardona reunió a su gabinete para cerrar el año con café, pan y un mensaje claro: aquí no se afloja el paso. Que en el desayuno institucional hubo reconocimiento al trabajo diario, pero también recordatorio de que la coordinación y la unidad no son discurso, sino método para avanzar en un estado que no espera. Entre secretarias, secretarios y titulares, la presencia de Juan Carlos Valladares pasó como gesto de cortesía política en un ambiente de convivencia sin estridencias. Y mientras otros gobiernos bajan la cortina en diciembre, Gallardo avisó que las giras siguen, las posadas también y la agenda no se detiene ni en el Altiplano, ni en la capital, ni en la Huasteca. Porque, dicen los que lo conocen, al gobernador le gusta cerrar el año como lo empezó: con equipo alineado, territorio recorrido y la idea fija de que el trabajo público no entiende de temporadas muertas…
Destapes tempranos y espejos cómodos
DICEN QUE DICEN que con la reforma de paridad recién aprobada, en el PRI no tardaron ni tantito en sacar el espejo y verse como opción rumbo a 2027, porque Sara Rocha ya puso sobre la mesa a Frinné Azuara… y de paso a ella misma, no fuera a ser que se les olvide quién dirige el partido. Que hablan de trabajo anticipado y de perfiles en distintos municipios, pero los nombres que suenan son los de siempre, los más cercanos al control interno y al micrófono disponible. Rocha presume experiencia, cargos y trayectorias, mientras describe a Azuara como perfil sólido, aunque más de uno recuerda que la solidez no siempre se traduce en arrastre ciudadano. Y así, dicen, el priismo empieza a acomodar las fichas bajo la nueva regla femenina, no necesariamente para renovarse, sino para ver quién se queda con la candidatura antes de que la militancia —esa que casi nunca decide— alcance a opinar. Porque cuando los destapes llegan tan pronto, rara vez son espontáneos, suelen ser ensayo general…
Cuentas que no cuadran
DICEN QUE DICEN que en la UASLP prefirieron hacer cuentas con fe antes que con el presupuesto aprobado, porque mientras el Congreso dejó la aportación estatal en 320 millones de pesos para 2026, la Rectoría decidió proyectar más de 520 millones de pesos como si el recorte fuera solo un malentendido. Que en los papeles todo se ve ordenado: casi 4 mil millones de pesos de ingresos, fuerte dependencia federal y una universidad que presume músculo con sus recursos propios, pero el problema está en ese hueco incómodo entre lo que la ley autorizó y lo que la institución espera recibir. Y mientras las cuotas siguen congeladas, la gratuidad avanza sin fondo que la respalde y se anticipa una pérdida de casi 94 millones de pesos, el riesgo financiero se disfraza de optimismo contable. Porque, dicen en los pasillos universitarios, proyectar no es garantizar, y cuando las cifras no coinciden con la realidad presupuestal, la autonomía se topa de frente con la aritmética política…
Turismo clasista
DICEN QUE DICEN que en San Miguel de Allende ya no solo venden postales y vino caro, también reparten adjetivos, porque su alcalde decidió bautizar a unos visitantes potosinos como “nacos, nacos, nacos” después de una riña con la policía. Que luego vino la aclaración elegante: no era por cómo se ven, sino por cómo se portan, como si el clasismo se arreglara con nota al pie. Dicen que hubo gritos, empujones, un vaso volando y hasta el clásico “usted no sabe quién soy yo”, pero lo que más ruido hizo no fue el altercado, sino el lenguaje del presidente municipal, que terminó incendiando redes sociales y sobremesas. Porque una cosa es defender a la policía y otra muy distinta gobernar a punta de descalificaciones, creyendo que el insulto se vuelve aceptable si se maquilla de “conducta reprobable”. Y así, dicen, San Miguel presume orden, mientras su alcalde pierde formas y gana polémicas que no vienen en el folleto turístico…
Porque en San Luis Potosí y en México, siempre habrá alguien que diga que dicen… y casi siempre, tendrá razón.
