
Autonomía bajo sospecha
DICEN QUE DICEN que en la UASLP ya corrieron cabezas, pero no las que deberían. Dos alumnos expulsados, un director renunciante y una defensora despedida: puro maquillaje para una herida que sangra impunidad. La presidenta del Congreso, Sara Rocha, ya pidió sin rodeos la salida del rector Alejandro Zermeño, y más de uno aplaude la idea de poner fin a su eterno reinado académico. Mientras tanto, los diputados descubren —con seis décadas de retraso— que la autonomía universitaria no es licencia para el encubrimiento. Arreola habla de “élite que domina”, Gabriela López recuerda a la víctima, y los estudiantes siguen en la calle, hartos de discursos y protocolos. En la Facultad de Derecho enseñan que la justicia debe ser ciega, pero en la UASLP parece que también es sorda y selectiva. Porque entre tanto comunicado y tanto deslinde, el único que sigue intocable, es el rector…
Tarde, lento y mal
DICEN QUE DICEN que el rector Alejandro Zermeño por fin habló… pero no para asumir culpa, sino para justificarla con elegancia burocrática. Ahora resulta que la violación en la Facultad de Derecho fue “imperdonable”, pero la lentitud institucional fue apenas “una falla de protocolo”. Admite que todo fue lento, rígido y que “quizás” se actuó mal, como si la indignación estudiantil se resolviera con adverbios. Zermeño asegura que la universidad “ya hizo lo suyo” expulsando a dos alumnos, mientras el resto —la justicia real— se la deja a la Fiscalía, porque claro, la autonomía sirve para encubrir, no para intervenir. Reconoce que sí hubo drogas, alcohol y oficinas cerradas, pero “sin autorización”, como si eso lo volviera menos grave. En resumen, el rector acepta que fallaron, pero no tanto como para irse. Dicen que en la UASLP revisarán los protocolos; ojalá algún día también revisen la conciencia…
El amigo azul
DICEN QUE DICEN que en el relanzamiento del PAN, la senadora Verónica Rodríguez se acordó de su “amigo” Enrique Galindo y lo puso como ejemplo de lo que el partido busca, aunque el alcalde ni panista es. En su intento por vestir de azul a un priista, la dirigente estatal olvidó que el nuevo PAN prometió no volver a aliarse con nadie, menos con los de la casa tricolor. Pero ahí estaba ella, echándole flores a Galindo como si fuera el modelo ciudadano del siglo, el mismo que gobierna con más marketing que resultados. Dicen que en Acción Nacional ya no hay alianzas, pero sí amores imposibles; y aunque el edil jure lealtad al PRI, Verónica insiste en que es “uno de los suyos”. Total, en política el color se lava fácil, sobre todo cuando el elogio viene con aspiraciones incluidas…
Deslinde exprés
DICEN QUE DICEN que en Morena ya dominaron el arte del borrón y cuenta nueva: cuando un escándalo estalla, simplemente “no son militantes, solo simpatizantes”. Así respondió la diputada Jessica López Torres sobre el presunto violador de la UASLP: que sí traía chaleco guinda, que sí decía ser líder juvenil, pero que oficialmente no figura porque el padrón no miente, aunque la moral se acomode. Según ella, no se puede discriminar a alguien “por afinidad política”, pero tampoco asumir responsabilidad por sus actos. Traducido: todos son parte del movimiento hasta que la cosa se pone fea. En Morena, el uniforme se quita más rápido que la culpa, y los deslindes viajan más ligeros que la justicia. Dicen que no hay jóvenes morenistas formales, pero sí muchos que ya aprendieron la lección del partido: negar primero, olvidar después…
La UMA del engaño
DICEN QUE DICEN que el alcalde Enrique Galindo jura que no habrá aumentos de impuestos, pero los números —esos que no mienten, aunque los políticos sí— cuentan otra historia. Resulta que su Ley de Ingresos 2026 viene vestida de “ajuste inflacionario”, pero debajo del traje técnico esconde un doble golpe: el alza automática por la UMA y otro “ajustecito” adicional que el Ayuntamiento aplica por su cuenta. Doble cobro, doble discurso. Los regidores de oposición ya lo olieron: es el viejo truco de marear con tecnicismos para meter la mano en el bolsillo ciudadano con una sonrisa. En pocas palabras, lo que Galindo llama actualización, los potosinos lo pagarán como incremento. Dicen que no hay nuevos impuestos, claro, solo los mismos, pero más caros…
El Congreso y su “granito” de miseria
DICEN QUE DICEN que los diputados potosinos se lucieron con su apoyo a la Huasteca… con un acto de generosidad histórica: juntar poco más de 100 mil pesos entre 27. A razón de 3 mil 700 por cabeza, lo que equivale —para ponerlo en contexto— a lo que cada uno gasta en un desayuno con café de máquina y pan dulce. Héctor Serrano, muy serio, presumió que con eso comprarán “electrodomésticos” para los damnificados. No dijo cuántos, quizá porque con ese monto apenas alcanza para un par de planchas y una licuadora. Los legisladores, que ganan casi 100 mil pesos al mes, juran que fue “una aportación voluntaria”. Claro, tan voluntaria como su empatía: mínima, discreta y sin esfuerzo. En la Huasteca todavía sacan lodo de sus casas, mientras en el Congreso limpian su conciencia con un recibo de tres mil setecientos pesos. Dicen que dicen que la solidaridad de nuestros diputados cabe en una alcancía y aún sobra cambio…
Acta negada, derechos borrados
DICEN QUE DICEN que en pleno 2025 todavía hay funcionarias que creen tener la autoridad para decidir quién merece un acta de nacimiento y quién no. En la Oficialía del Registro Civil No. 2 de la capital potosina, una pareja de mujeres fue víctima de una negativa absurda: les retuvieron el documento, las insultaron y hasta ordenaron darlo de baja, como si el amor tuviera que pasar por el filtro del prejuicio. Lo más grave: su bebé estaba en terapia intensiva, y sin ese registro no podía recibir atención médica. La burocracia con moral selectiva casi se convierte en tragedia. Todes Trans SLP denunció el hecho y exigió sanción, disculpa y capacitación para quien confundió su escritorio con un púlpito. Dicen que el trámite ya se resolvió, pero la herida queda abierta: en San Luis, todavía hay oficinas donde los derechos humanos dependen del humor —y del dogma— de una funcionaria…
El Realito, otra vez
DICEN QUE DICEN que el sistema El Realito ya no es un acueducto, sino una ruleta rusa del agua. En plena madrugada volvió a fallar —por decimocuarta vez en el año— dejando a medio sur de la capital potosina con las llaves secas y la paciencia agotada. INTERAPAS, fiel a su libreto, activó el “protocolo de emergencia”, o sea, más pipas, más pozos y más promesas. Mientras tanto, los vecinos ya se saben el discurso de memoria: “uso racional del agua, comprensión, labores de reparación”. Las mismas palabras, los mismos baches, el mismo lodo. Dicen que el agua viene y va, pero la incompetencia siempre fluye…
Ríete, pero paga tus impuestos
DICEN QUE DICEN que hace doce años apoyar a AMLO era motivo de burla y hoy cualquiera con cuatro dedos levantados se siente prócer de la patria. La memoria política en México dura lo que un TikTok: ayer te linchaban por decir “es un honor”, y hoy lo corean hasta los que ni leen el boletín. Por eso ahora que muchos se carcajean de Ricardo Salinas Pliego, más valdría que recordaran que también se rieron de López Obrador, de El Bronco y de Samuel García, hasta que dejaron de ser chiste. El millonario tiene tiendas, televisora, discurso y ego de exportación, ingredientes suficientes para cocinar una candidatura en un país donde la indignación dura menos que un salario mínimo. Se burlan porque debe impuestos, pero pregunten en la calle cuántos sienten simpatía por el que “le pelea al gobierno”. La izquierda ríe, pero hace eco, y al final toda crítica se convierte en propaganda gratuita. Dicen que Salinas Pliego no tiene posibilidad, así decían de AMLO cuando solo tenía tres cosas: paciencia, discurso y un país cansado…
Porque en San Luis Potosí y en México, siempre habrá alguien que diga que dicen… y casi siempre, tendrá razón.










