El Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta dificultades para reunir el número óptimo de supervisores y capacitadores electorales a tan solo 12 días de la jornada electoral del 2 de junio. Aunque niega estar en una emergencia, el INE reconoce que ha habido más de 15 mil renuncias desde enero, dejando mil 434 vacantes en todo el país.
Actualmente, hay una ocupación del 97% para los capacitadores asistentes electorales (CAE) y del 99% para los supervisores electorales (SE). A pesar de la rotación de personal, similar a procesos electorales anteriores, el INE busca garantizar la capacitación de 1.5 millones de ciudadanos que serán funcionarios de mesa directiva en más de 17 mil casillas. Además, estos funcionarios son esenciales para transferir la información requerida desde las casillas a los conteos rápidos.
Las renuncias se atribuyen a factores como el salario poco competitivo ofrecido por el INE (alrededor de 12 mil pesos) debido al recorte presupuestal. También influye la competencia laboral, como la encuesta sobre economía que el INEGI está llevando a cabo y para la cual ha contratado personal eventual. Además, los trabajos del Tren Maya en Quintana Roo han ocupado parte de la mano de obra que también requiere el INE.
Para abordar esta situación crítica, la Comisión de Organización Electoral del INE ha aprobado medidas extraordinarias. Estas incluyen la contratación de CAE locales, la utilización de listas de espera, la suplencia con personal local y, en última instancia, la inclusión de personal administrativo o eventual del INE. Estas medidas serán discutidas y eventualmente aprobadas en la próxima sesión del Consejo General del órgano electoral nacional.