¿Ya vieron lo que publicó Congreso Calificado? ¡De los 27 diputados que tenemos, 25 salieron reprobados! Así como lo oyen: nuestro Congreso está más flojo que estudiante en viernes de consejo técnico.
Y no es por exagerar, pero si esto fuera escuela, hasta los geranios de mi patio tendrían mejor promedio. Un 46 % de eficiencia… ¡Eso ni para sacar seis en la primaria! ¿Y saben qué es lo peor? Que de 300 iniciativas que presentaron, solo una se convirtió en ley. ¡Una! Hasta mi receta de mole tiene más aprobaciones.
Ahí les va el cuadro de honor del fracaso:
La única que casi saca diez fue Jessica López Torres (Morena), con 9.29. ¡Bravo por ella! Aunque, con lo que cuesta mantener a un diputado, deberían sacar puro diez.
La que apenas pasó fue Dulcelina Sánchez (PVEM), con 6.44. Ni fu ni fa, pero al menos libró el examen.
Y los que se fueron al fondo del barril:
Héctor Serrano (PVEM), Sara Rocha (PRI) y Crisógono Pérez (Nueva Alianza).
Estos tres salieron tan bajos que hasta mi termómetro del agua caliente marca más.
Lo más triste es que mientras ellos calientan curules, la gente sigue esperando leyes que solucionen los problemas del agua, la seguridad y los caminos. ¿De qué sirven 300 iniciativas si se quedan empolvadas en un cajón?
Pero no nos engañemos: estos señores creen que su trabajo es cobrar, viajar y posar para las fotos. Lo de legislar se les debe hacer como tarea de vacaciones.
Ya lo dice el refrán: “Lo barato sale caro, y lo pendejo ni se remedia.”
Tener un Congreso que no sirve nos cuesta más caro que cualquier crisis.
Pero ojo: el pueblo no es tonto. Ya sabemos quién trabaja y quién solo finge. Y aunque hoy estos señores rían, llegará la hora de la boleta electoral… y ahí sí, nadie los salva de la reprobada.
¡Que vivan los que trabajan!
¡Y que repitan el año los que solo calientan asiento!
Doña Carmen
Ciudadana que prefiere geranios florecidos a diputados marchitos.
