¡Esto que publicó el New York Times me tiene más revuelta que atole con el dedo! Resulta que el periódico gringo le puso la lupa a nuestros morenistas y ¡sorpresa! Encontró que del discurso de austeridad pasaron al derroche con visa y tarjeta platino.
Mire usted, ahí le va el desglose, que parece menú de restaurante fifí:
Andy López Beltrán —el hijo viajero— paseándose por Japón como si fuera su patio trasero. ¿Quién paga esos viajes, si su papá dice que vive con un sueldo normal? ¡Hasta el sushi se les debe de atorar en la garganta!
Adán Augusto López, con sus ingresos millonarios por fuera del gobierno. ¡Qué casualidad! Mientras más hablan de pobreza, más crecen sus cuentas bancarias.
Ricardo Monreal y Mario Delgado, de vacaciones por Europa como si fueran reyes. ¡Y eso que dicen representar a los humildes! Se les ve que la única humildad que conocen es la de las fotos para la campaña.
Y el broche de oro: el señor Noroña con su casita de 12 millones. ¡Doce millones! Con eso le compro casa a la colonia completa. Y eso que siempre anda gritando contra los ricos. Pasó del “¡Fuera oligarcas!” al “¡Qué bonita es mi alberca!”.
Pero lo más curioso: la señora Sheinbaum sale bien librada. Que si exige humildad, que si dice que el poder es servir… ¿Será que a ella no le llegó la invitación a la fiesta de los lujos? O tal vez es la única que sí se aprendió el discurso.
Ya lo dice el refrán: “Dime con quién andas, y te diré cuánto tienes en el banco”.
Al final, el pueblo sigue comiendo frijoles con huevo, mientras estos señores se dan la gran vida con nuestro dinero. Pero no se engañen: la gente ya está harta de tanta doble moral.
Y aunque hoy brinden con champaña, mañana les tocará pagar la cuenta… con votos.
Con la olla humeante y el corazón apachurrado,
Doña Carmen
Ciudadana que prefiere un taco de a peso a un banquete de hipócritas.
