Doña Carmen: El machete al Programa Joven

Por: Doña Carmen, mientras trasplanta un geranio en el patio de su casa

Por: Doña Carmen, mientras trasplanta un geranio en el patio de su casa

Hoy le cuento que la comadre Chuy vino corriendo a enseñarme lo que publicó el Portal Ciudadanos Observando —ella lo lee en su teléfono—, ¡y casi se me cae la maceta del susto! Resulta que ese programa tan bonito llamado “Jóvenes por la Transformación” se volvió tamal sin hoja: pura masa revuelta y sin forma.

Decían que era para líderes sin padrinos… ¡ja! Más bien parecía torneo de “a ver quién tiene el compadre más influyente”. Mire nomás: el diputado de Morena, Cuauhtli Badillo —¿Badillo o Vendillo?—, posando con dos muchachitos como si fueran trofeos de cacería. “¡Gracias al lic por la oportunidad!”, dijeron los nuevos Coordinadores Estatales… Como si el mérito fuera un chile que se hereda.

Una, si no tiene palanca, es como maceta sin agua. A esos chamacos no los eligieron por sus ideas, sino por su selfie con el político. Parece que el único requisito fue saber sonreír al lado del diputado encorbatado. ¿Y los que sí traen proyectos buenos? La que da clases bajo un árbol, el que ayuda en el albergue, la muchacha que recicla basura… Esos quedaron como nopal en pared ajena.

Y luego dicen que es “transformación”… ¡Transformación mis chanclas! Es reciclar las mismas mañas con otro nombre: misma corbata, mismo compadrazgo, mismas fotos posadas donde los jóvenes son pura decoración en el jardín del poder. Hasta el nombre del programa suena bonito, pero al primer chubasco… salió el lodo del charco viejo.

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Es como este geranio: le prometí sol y abono, pero si le echo pura agua sucia, ¡ni modo que florezca! Así está el asunto: un programa joven con raíces viciadas sólo crece torcido. En vez de empoderar, enseña a doblar el lomo… y a agradecer al patrón. ¡Como en los tiempos de la hacienda!

Pero ojo… la juventud no es tonta. Los que se quedaron fuera son como semillas al viento: aunque las pisen, nacen entre las piedras. El día menos pensado, esos muchachos sin padrinos van a hacer florecer proyectos de verdad… sin fotos con diputados, sin agradecimientos fingidos.

Porque como dice el refrán: “Árbol que crece solo, aunque tarde, da mejor sombra”.

Y cuando eso pase, que no se sorprendan los señores de corbata… ¡si hasta mis geranios saben que la tierra fértil no tiene dueño!

Con las manos llenas de tierra y los ojos puestos en los muchachos del barrio,
Doña Carmen
Jardinera de sueños que no necesitan invernadero político.

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