Doña Carmen: Los Diputados Fantasma y sus Telarañas Partidistas

Por: Doña Carmen, sentada en su mecedora mientras desgrana elotes bajo el sol de la tarde.

Oiga usted, ¿qué sería de nuestros diputados sin sus justificantes milagrosos? Mientras el país arde en problemas, ellos convierten las curules en camas elásticas: brincan cuando conviene y desaparecen cuando la responsabilidad llama. Morena y el PAN lideran este desfile de fantasmas, pero la verdad es que todas las bancadas juegan al mismo escondite.

Lo grave no son solo las faltas, sino la complicidad de un sistema que premia la impunidad. Cuando un diputado falta, su partido le tapa las espaldas con “permisos especiales” que huelen a favoritismo. Mientras, iniciativas urgentes se pudren en gavetas polvosas, las comisiones sesionan a media luz y las votaciones importantes se posponen indefinidamente.

Y que no vengan con que es trabajo desde casa. ¿Qué home office puede justificar que solo el 20% de las iniciativas se discutan en pleno? ¿O que comisiones completas lleven meses sin reunirse? Mientras tanto, nuestros impuestos financian sus dietas completas por trabajos a medias.

Lo peor es el doble rasero: exigen puntualidad al ciudadano, pero ellos operan con horario de cantina. Si un maestro faltara así, lo suspenden; si un médico abandonara su turno, lo demandan; pero estos señores tienen inmunidad hasta para la pereza.

Ya lo cuchichean en los pasillos del Congreso: “Si no es por nepotismo, es por cuota partidista; si no es por amiguismo, es por negocios turbios”. Mientras, el pueblo espera soluciones como quien espera lluvia en el desierto.

Pero no se engañen, el pueblo lleva la cuenta. Cada falta, cada justificante falso, cada sesión fantasma, se anota en la memoria colectiva. Y llegará el día en que estas telarañas partidistas se barran con el viento fuerte de las urnas.

Con la canasta de elotes limpios y los ojos puestos en ese Congreso de sombras,
Doña Carmen
Ciudadana que prefiere el trabajo callado de las hormigas, al ruido vacío de los saltimbanquis con saco y corbata.

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