El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte sobre la formación de dos zonas de inestabilidad atmosférica que se acercan a México desde el océano Pacífico y el océano Atlántico. La primera de ellas, llamada Adrián, se encuentra en el Pacífico y podría convertirse en un ciclón que afecte las costas mexicanas en los próximos días. Mientras tanto, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos pronostica que la tormenta tropical Bret, que actualmente se encuentra en el Atlántico cerca de las Antillas Menores, se fortalezca y se convierta en huracán para el miércoles.
Estas formaciones son las primeras de la temporada de huracanes, que comenzó el 1 de junio y se extenderá hasta noviembre. El SMN estima que existe un 20% de probabilidades de que la zona de baja presión en el Pacífico se convierta en el primer ciclón de la temporada, Adrián, en los próximos seis días. Por el momento, se encuentra a 840 kilómetros al sur de Manzanillo, en el Estado de Coahuila, alejándose de las costas mexicanas a una velocidad de 18 kilómetros por hora, aunque su trayectoria podría cambiar. Aún no se ha formado una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión, característica de los ciclones tropicales.
Por otro lado, la tormenta tropical Bret se ubica a 2.085 kilómetros al este de las Islas Barlovento, con vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora. Se desplaza hacia el oeste a una velocidad de 33 kilómetros por hora, con dirección a las Antillas Menores. Cabe destacar que esta formación recibe su nombre debido a que en junio, al inicio de la temporada de huracanes, la tormenta tropical Arlene se formó en el océano Pacífico, aunque no evolucionó significativamente y se disipó hacia finales de esa misma semana.
Se espera que la temporada de huracanes del 2023 en México tenga entre 16 y 22 ciclones tropicales en el océano Pacífico, y entre 10 y 16 en el océano Atlántico, según pronósticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La cantidad de ciclones no determina necesariamente su peligrosidad, la cual dependerá de la intensidad de los vientos y las precipitaciones generadas al tocar tierra mexicana. Además, el cambio climático está influyendo en la intensificación de los ciclones, haciéndolos más peligrosos que en años anteriores.
El año pasado, México sufrió los impactos de cuatro huracanes: Agatha, Kay, Orlene y Roslyn. Estos fenómenos provocaron graves daños en diversos estados del país, como Sinaloa, Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Baja California, Jalisco y Sonora. Las fuertes lluvias y vientos causaron la pérdida de vidas humanas, así como la destrucción de cultivos, deslizamientos de tierra y derrumbes de edificios en varias regiones.
