Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enfrentará una elección presidencial sin figurar como contendiente, al menos en las boletas. Después de 18 años, el líder tabasqueño se encuentra en el poder, observando desde la posición presidencial la lucha por Palacio Nacional, las cámaras del Congreso, nueve gubernaturas y numerosos cargos locales.
Sin embargo, el presidente no iniciará la carrera electoral en igualdad de condiciones. Restricciones judiciales y medidas cautelares del Instituto Nacional Electoral (INE) le impiden hablar sobre partidos, coaliciones y candidatos, lo que ha generado un arranque “tocado” para el mandatario.
Durante la veda electoral, AMLO no puede difundir información gubernamental, salvo en casos relacionados con servicios educativos, de salud y protección civil en emergencias. Pero, a pesar de estas limitaciones, el Gobierno federal ha desembolsado más de 350 mil millones de pesos en pensiones, apoyos y becas, representando casi la mitad del presupuesto destinado al gasto social este año.
La estrategia de adelantar tres bimestres de pensiones para diversos programas sociales ha generado críticas y debates sobre el uso de recursos públicos en un periodo electoral sensible. La popularidad de AMLO le permite mantenerse activo, anunciando que continuará con sus conferencias matutinas y transmisiones en redes sociales, aunque limitando su enfoque a temas no político-electorales.
Adicionalmente, el presidente realiza “giras privadas” por todo el país para supervisar obras en proceso, una táctica ya utilizada en procesos electorales anteriores. A pesar de la ausencia de convocatorias a ciudadanos, la presencia de AMLO difícilmente pasará desapercibida para los medios de comunicación y la población.
El periodo electoral coincidirá con el último periodo de sesiones legislativas, proporcionando al presidente un “espejo” en las tribunas del Congreso para debatir sus propuestas de 18 reformas constitucionales y dos legales. Estas propuestas, compartidas con la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, serán promovidas en spots televisivos programados ante el INE.
Además, AMLO se enfrenta a acusaciones en la prensa extranjera sobre supuestos financiamientos del narcotráfico a sus campañas. El presidente ha declarado su disposición a responder a estas acusaciones, buscando mantener el control de la narrativa electoral y responder a cualquier cuestionamiento.
En un intento de llevar la batalla electoral más allá de las fronteras, AMLO ha instado a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá a no intervenir en las elecciones mexicanas ni prestarse a la “guerra sucia”. Estas acciones se suman a sus esfuerzos por consolidar su legado político y preparar la entrega-recepción al final de su mandato, marcando un periodo desafiante en la política mexicana.
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