Editorial – ¿En qué momento nos permitimos odiar?

México es mucho más que una circunstancia; es un mosaico vibrante de culturas, historias y esperanzas. Sin embargo, en tiempos recientes, parece que hemos permitido que el odio y la división se instalen en nuestro día a día. Este sentimiento de separación nos aleja de lo que realmente somos: un país construido por todos, desde las comunidades más alejadas hasta aquellos que hemos tenido la fortuna de acceder a educación y empleo.

Es fundamental recordar que el futuro de México no se construye llorando por el presente, sino trabajando juntos por un mañana lleno de paz, unidad y progreso. La verdadera transformación comienza cuando decidimos romper con el miedo y la frustración. Debemos acercarnos al otro, reconocer que todos compartimos la misma piel y los mismos sentimientos de pertenencia a esta nación.

La integración es clave. Un mejor futuro solo será posible si incluimos a más mexicanos en las oportunidades que merecen. Hemos cometido errores en el camino, pero ahora es el momento de perdonarnos y reconciliarnos. No se trata de olvidar, sino de aprender y unirnos en torno al bien común.

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Ser generosos es un acto de valentía. Nos enfrentamos a la tarea de deconstruir lo que nos divide y reconstruir una patria unida y solidaria. Este es el llamado a la acción: no caer en la indiferencia ni en la apatía. En su lugar, contagiémonos de amor por México y respondamos a las necesidades de nuestra realidad.

Es tiempo de actuar con entrega solidaria y el mejor esfuerzo. Pensemos en nuestra historia y en las generaciones que nos precedieron y las que vendrán. México tiene un alma unida, y es nuestra responsabilidad volver a ella con generosidad, trabajo y alegría.

Así que, ¡Viva México! Unámonos en este esfuerzo colectivo, porque solo juntos podremos construir el país que todos soñamos.

editorial@revistapuntodevista.com.mx

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