Editorial – Enrique Galindo, dos años de desilusión

Hoy, a dos años de la gestión de Enrique Galindo Ceballos al frente del Ayuntamiento de la capital, es crucial hacer un análisis honesto y crítico de su desempeño. La realidad es que los resultados obtenidos hasta el momento dejan mucho que desear, y los potosinos que viven en la ciudad comienzan a sentir el peso de las decisiones y acciones de un gobierno que parece estar más enfocado en su propia imagen que en el bienestar de la comunidad.

Uno de los aspectos más preocupantes de la administración de Galindo ha sido la improvisación y falta de capacitación en las fuerzas policiales locales. La seguridad es un tema fundamental para cualquier ciudad, y la falta de preparación de los elementos encargados de mantener el orden ha resultado en un aumento alarmante de la inseguridad y la delincuencia en la capital. Los comités de seguridad, en teoría, deberían ser un pilar en la lucha contra estos problemas, pero la realidad es que han demostrado ser inservibles e insuficientes.

Los espacios públicos, que deberían ser el corazón de la vida comunitaria, se encuentran en completo abandono. Decenas de colonias carecen de alumbrado adecuado, lo que aumenta la sensación de inseguridad entre los ciudadanos. El programa “domingo de Pilas”, anunciado como un esfuerzo para mejorar la calidad de vida de los potosinos, parece ser poco más que una estratagema para tomar fotografías del alcalde y su comitiva, en lugar de un plan efectivo para abordar los problemas reales de la ciudad.

Las áreas verdes, que deberían ser un refugio para la naturaleza en medio de la urbe, también están en completo abandono. Esto no solo afecta el bienestar de los ciudadanos, sino que también tiene un impacto negativo en la calidad del aire y el entorno urbano en general.

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El abastecimiento de agua es otro tema crítico que no ha recibido la atención adecuada. Los potosinos enfrentan problemas constantes de suministro, lo que es inaceptable en una ciudad del tamaño y la importancia de la capital. La corrupción al interior del ayuntamiento capitalino es un problema que no puede pasarse por alto, ya que socava la confianza de la ciudadanía en sus líderes.

Además, es preocupante observar los gastos excesivos en promover la imagen del alcalde y su administración, mientras que los problemas reales de la ciudad quedan sin resolver. Los negocios oscuros y acuerdos bajo la mesa para beneficios personales y de allegados también arrojan una sombra sobre esta administración.

Los costosos y aparentemente inútiles viajes al extranjero del alcalde solo contribuyen a la percepción de que está más interesado en proyectar una imagen de éxito que en abordar los problemas urgentes de la ciudad. Aunque Enrique Galindo insista en que “trabaja arduamente”, la realidad es que la mayoría de los potosinos que viven en la capital saben lo grande que le ha quedado el cargo y lo mucho que aún queda por hacer.

Después de dos años al frente del Ayuntamiento de la capital, Enrique Galindo y su administración enfrentan críticas justificadas por su falta de resultados y su aparente desconexión con las necesidades reales de la comunidad. Es hora de que se enfoquen en solucionar los problemas urgentes que aquejan a la ciudad y dejen de lado las estrategias de relaciones públicas. La ciudadanía merece un liderazgo efectivo y comprometido con su bienestar, cosa que hasta el día de hoy, el alcalde Galindo Ceballos, no ha sabido ofrecer.

editorial@revistapuntodevista.com.mx

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