Editorial – La austeridad selectiva de Lenia Batres

En el contexto de la Cuarta Transformación, la austeridad ha sido uno de los pilares fundamentales en el discurso del gobierno. Sin embargo, este principio parece ser aplicado de manera selectiva, especialmente cuando observamos las prácticas de algunos funcionarios, como es el caso de Lenia Batres, magistrada que ha estado en el centro de la controversia por sus decisiones y estilo de vida.

Batres ha defendido la austeridad como un valor esencial en la administración pública, argumentando que la reducción de gastos es necesaria para garantizar un gobierno más eficiente y menos corrupto. Sin embargo, la realidad parece contradecir sus palabras. Viajar en una camioneta High Country con blindaje nivel 6, cuyo costo ronda los 3.5 millones de pesos, es un lujo que no se alinea con el mensaje de humildad y sacrificio que se predica desde la cúpula del poder.

Además, el hecho de que Batres cuente con un equipo de al menos ocho personas a su alrededor, incluyendo choferes y elementos de seguridad, plantea serias interrogantes sobre la verdadera naturaleza de la austeridad que se promueve. ¿Es esta una muestra de un estilo de vida austero o más bien un reflejo de una desconexión con la realidad que enfrentan muchos ciudadanos mexicanos? La imagen de una magistrada que se desplaza en un vehículo de lujo, rodeada de un séquito, contrasta drásticamente con la situación de aquellos que luchan por sobrevivir con salarios mínimos y sin los recursos necesarios para llevar una vida digna.

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La austeridad no debe ser solo un lema; debe ser un principio que guíe las acciones de quienes ocupan cargos públicos. Si los funcionarios predican la reducción de gastos y la eliminación de privilegios, deben ser los primeros en dar el ejemplo. La falta de congruencia entre el discurso y la práctica es un factor que erosiona la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.

Es fundamental que los líderes de la Cuarta Transformación comprendan que la austeridad no es solo una cuestión de recortes presupuestales, sino también de ética y responsabilidad. La percepción de privilegio y derroche en el sector público puede llevar a un desencanto generalizado y a la desconfianza en un sistema que se supone debe servir al pueblo.

El caso de la ministra Lenia Batres es un recordatorio de que la austeridad debe ser un compromiso genuino, no una herramienta retórica. La verdadera transformación del país requiere un liderazgo que viva de acuerdo con los principios que promulga, porque solo así se podrá construir un gobierno verdaderamente al servicio de todos.

editorial@revistapuntodevista.com.mx

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