Editorial – Reglas para la candidatura presidencial de Morena: ¿Un proceso democrático o un acuerdo preestablecido?

El Consejo Nacional de Morena aprobó recientemente las reglas para elegir al candidato o candidata que encabezará la contienda presidencial en las próximas elecciones. Estas reglas, propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y respaldadas por los aspirantes Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum, fueron votadas sin debate y con total unanimidad por los consejeros morenistas.

Entre las medidas establecidas, se destaca la renuncia de los aspirantes a sus cargos actuales, la realización de cinco encuestas para elegir al candidato, la prohibición de debates y la exclusión de los medios de comunicación considerados “reaccionarios, conservadores y adversarios de la cuarta transformación”. Además, se establecen fechas específicas para el registro de aspirantes, los recorridos por el país y el levantamiento de la encuesta, culminando con la revelación del ganador o ganadora el 6 de septiembre.

Si bien algunas de estas reglas, como la renuncia de los aspirantes y la búsqueda de equidad en el proceso interno, fueron impulsadas por Marcelo Ebrard desde diciembre pasado, es importante resaltar que no habían sido tomadas en cuenta hasta el momento por la dirigencia de Morena. Parece que solo después de la derrota en la elección de Coahuila, donde Morena perdió la gubernatura frente al PRI, se tomó en serio la necesidad de promover la unidad y evitar divisiones internas.

La falta de debate y la rapidez con la que se aprobaron estas reglas levantan interrogantes sobre la verdadera democracia y transparencia en el proceso interno de Morena. Si bien es comprensible que se busque evitar denostaciones y descalificaciones entre los aspirantes, es importante que exista un espacio para el intercambio de ideas y propuestas, así como para que los ciudadanos conozcan a fondo a los candidatos.

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La ausencia de debates y la exclusión de medios de comunicación críticos plantean interrogantes sobre el compromiso de Morena con la libertad de expresión y el pluralismo político. La democracia requiere el debate abierto y la exposición de ideas ante la ciudadanía para que esta pueda tomar decisiones informadas.

Además, la prohibición de los apoyos de gobernadores, alcaldes y funcionarios durante la contienda busca evitar prácticas antidemocráticas, pero también puede limitar el respaldo legítimo que los aspirantes puedan recibir por parte de sus colegas y simpatizantes. La línea entre evitar la cooptación de recursos públicos y limitar el apoyo genuino de la base de Morena puede volverse difusa.

Es fundamental que el proceso interno de Morena se lleve a cabo de manera transparente, justa y democrática. Los acuerdos preestablecidos y la falta de debate pueden generar desconfianza entre los militantes y la ciudadanía en general. La elección del candidato o candidata presidencial en Morena debe ser el resultado de un proceso inclusivo, abierto a la participación de todos los aspirantes y con un espacio real para el intercambio de ideas y propuestas.

editorial@revistapuntodevista.com.mx

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