
A poco menos de dos años de la próxima contienda por la gubernatura de San Luis Potosí, el panorama político comienza a despejarse y los datos ofrecen un diagnóstico difícil de ignorar. Una reciente encuesta de Grupo Reforma revela que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) no solo lidera las preferencias, sino que lo hace con una ventaja sustancial de 19 puntos sobre Morena. Esta fotografía estadística, tomada en septiembre, sugiere que, por ahora, la entidad se perfila hacia la continuidad del proyecto encabezado por el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
Más allá de los números electorales, lo verdaderamente relevante es el sustento que parece explicar esta tendencia: la percepción ciudadana sobre la gestión en curso. Resulta particularmente significativo que el 70 % de los encuestados apruebe el desempeño del mandatario. En un país donde la desaprobación suele ser la constante, una cifra así no puede pasar desapercibida y exige un análisis sereno de sus posibles causas. Entre ellas, destacan áreas concretas donde la administración estatal ha resonado de manera positiva: la atracción de inversiones, la obra pública, la infraestructura y la educación, factores que la gente percibe y valora, y que explican el optimismo reflejado en que seis de cada diez potosinos consideran que la economía ha mejorado en el último año.
La gestión de Gallardo Cardona se ha caracterizado por una inversión histórica en obra pública, con más de 24 mil millones de pesos destinados a transformar el rostro urbano y rural del estado. Ejemplos palpables son la Vía Alterna en la zona metropolitana, el megapuente sobre Circuito Potosí y la rehabilitación de carreteras que conectan comunidades apartadas, además de la modernización de espacios públicos y el impulso a nuevas vías de comunicación que han colocado a San Luis Potosí en una posición destacada a nivel nacional. Estos proyectos han sido claves en la percepción de que el estado avanza en movilidad, competitividad y desarrollo.
En el ámbito social, el cambio se ha hecho sentir con fuerza. Más de 63 mil millones de pesos se han destinado a programas que benefician a más de un millón de hogares. Becas alimentarias, entrega de útiles, mochilas, zapatos, transporte gratuito para estudiantes, apoyos a madres solteras, adultos mayores e incluso terrenos gratuitos han representado un alivio concreto en un estado históricamente marcado por la desigualdad. Esta batería de políticas públicas ha mejorado la vida diaria de miles de familias y ha consolidado un vínculo directo entre el gobierno y la ciudadanía.
La educación también ha sido uno de los pilares de la administración. Con más de 86 mil millones de pesos invertidos, se han rehabilitado y construido más de 400 escuelas en las cuatro regiones del estado. Los apoyos a los estudiantes, que incluyen insumos escolares y transporte gratuito, refuerzan la política de no dejar a nadie atrás. En materia de salud, el esfuerzo ha sido igualmente notable, con 23 mil millones de pesos destinados a hospitales, clínicas y servicios médicos que amplían la cobertura y atienden una de las mayores demandas de la población.
El campo potosino, relegado durante décadas, ha recibido apoyos históricos que superan los 20 mil millones de pesos. Con ello, se ha impulsado la recuperación del potencial agrícola y ganadero, acompañado de programas de rescate económico y asesoría técnica. A la par, San Luis Potosí ha escalado posiciones en competitividad económica y atracción de inversión extranjera, situándose entre los primeros cinco estados del país en este rubro. El estado ha comenzado a consolidarse como un polo de desarrollo atractivo para empresas y capital extranjero, un resultado que no solo se mide en cifras sino en la percepción de que el estado está mejor conectado con el futuro.
No se puede obviar la dimensión humana de la política. La senadora Ruth Miriam González, esposa del gobernador, aparece como una figura reconocida y popular, lo que en la práctica se traduce en un activo político con potencial hacia el 2027. La familiaridad y la confianza en un liderazgo conocido son elementos que suman al proyecto del PVEM y consolidan un entorno favorable a la continuidad.
El respaldo ciudadano tiene fundamentos claros. Siete de cada diez potosinos aprueban el desempeño de Gallardo y seis de cada diez consideran que la economía ha mejorado. Obras públicas, infraestructura, educación y apoyos sociales encabezan la lista de áreas mejor evaluadas. Los potosinos perciben los resultados, los ven en su entorno y los sienten en su bolsillo. No es casualidad, entonces, que el Partido Verde encabece hoy las preferencias con una distancia tan amplia.
Desde luego, no todo está resuelto. La seguridad pública continúa siendo una de las asignaturas pendientes que más preocupan a la ciudadanía. La equidad territorial representa otro desafío: llevar servicios de la misma calidad a todos los rincones del estado es una tarea aún inconclusa. Además, la sostenibilidad de los programas sociales será clave para que sus beneficios no dependan únicamente de coyunturas políticas, sino que se conviertan en políticas públicas de largo aliento.
En estos cuatro años, Ricardo Gallardo Cardona ha logrado que San Luis Potosí ya no parezca el mismo estado que recibió en 2021. La clave ha estado en una fórmula simple pero efectiva: entregar obras visibles, apoyos concretos y beneficios palpables. Sin embargo, esa fórmula deberá evolucionar en institucionalidad y continuidad si se quiere que los logros trasciendan a un solo sexenio. El reto no es menor: que los avances se conviertan en patrimonio colectivo y no en bandera partidista.
Hoy, San Luis Potosí se encuentra en un punto de inflexión. Los indicadores sugieren que Gallardo ha logrado consolidar una base de apoyo sólida que cualquier aspirante en 2027 deberá tomar como referencia. Si los avances alcanzados se consolidan en instituciones y políticas de largo plazo, este gobierno no solo será recordado por la intensidad de su obra y gasto social, sino como el inicio de una nueva etapa en la historia política del estado de San Luis Potosí.










