
La invitación de Claudia Sheinbaum al General Salvador Cienfuegos a la ceremonia de la Marcha de la Lealtad ha desatado la controversia, planteando interrogantes sobre el verdadero significado de defender la soberanía nacional. Cienfuegos, quien se desempeñó como Secretario de Defensa bajo Enrique Peña Nieto, enfrentó acusaciones de narcotráfico en Estados Unidos, lo que generó una crisis diplomática entre ambos países. Si bien el expresidente López Obrador (AMLO) intervino, lo que llevó a la liberación de Cienfuegos y la posterior desestimación del caso por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), el incidente proyecta una sombra sobre el compromiso de Sheinbaum con la soberanía y su criterio al asociarse con una figura tan manchada.
La verdadera soberanía nacional implica la capacidad de una nación para gobernarse a sí misma, libre de influencias externas indebidas. Sugiere un compromiso con la justicia, la rendición de cuentas y el estado de derecho. Las acciones de Sheinbaum parecen contradecir estos principios. Al compartir una plataforma con Cienfuegos, Sheinbaum parece condonar, o al menos ignorar, las acusaciones de corrupción y abuso de poder. Esto socava la integridad de las instituciones mexicanas y debilita la posición moral del país.
Algunos argumentan que la decisión de Sheinbaum fue una cuestión de protocolo, respetando el cargo anterior y el servicio militar de Cienfuegos. Otros sugieren que fue una decisión política calculada, destinada a asegurar el apoyo del establishment militar. Independientemente de la motivación, el mensaje enviado es preocupante. Sugiere que la lealtad a los individuos, o la conveniencia política, supera la búsqueda de la justicia y la defensa de una gobernanza ética.
Las acusaciones contra Cienfuegos son graves, y si bien nunca fue condenado formalmente en México, la nube de sospecha permanece. La intervención de AMLO y la decisión de la FGR de retirar el caso han sido criticadas como políticamente motivadas, erosionando aún más la confianza pública en el sistema de justicia. La asociación de Sheinbaum con Cienfuegos refuerza esta percepción, generando preocupación sobre su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
Defender la soberanía nacional requiere más que solo fuerza militar y posturas políticas. Exige un compromiso con la justicia, la gobernanza ética y el estado de derecho. La decisión de Sheinbaum de abrazar a Salvador Cienfuegos socava estos principios, enviando un mensaje inquietante sobre su visión para el futuro de México.