Concierto de Luis Miguel evidencia la falta de acción del alcalde Enrique Galindo

Al alcalde Enrique Galindo Ceballos le tembló la mano para clausurar el concierto de Luis Miguel.

El alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos ha enfrentado críticas contundentes por su falta de decisión en un asunto de gran relevancia: el concierto de Luis Miguel que se llevó a cabo el día de ayer en el Estadio Plan de San Luis. Más allá de la magia musical del “Sol de México”, el evento estuvo marcado por la ausencia de permisos necesarios y la carencia de medidas de seguridad esenciales para salvaguardar la integridad física de los asistentes.

La decisión de Galindo de no clausurar el concierto a pesar de la evidente falta de autorizaciones y seguridad ha levantado cuestionamientos sobre su capacidad de liderazgo y compromiso con la seguridad ciudadana. En lugar de asumir la responsabilidad y actuar en consecuencia, el alcalde parece haber titubeado, poniendo en riesgo a miles de personas que asistieron al evento sin los debidos protocolos de protección que un evento de tales magnitudes requiere.

Una de las señales más alarmantes durante el concierto fue la total ausencia de elementos de la Policía Municipal y de la Policía Vial. La complejidad del evento requería una presencia policial significativa para garantizar la seguridad y el orden. Sin embargo, los asistentes se vieron sorprendidos por la falta de personal de seguridad, dejando al descubierto un vacío en la coordinación de las autoridades locales.

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Lo más preocupante es que el concierto pareció estar completamente abandonado por las autoridades municipales. La falta de supervisión y control por parte del Ayuntamiento Capitalino plantea serias preguntas sobre la capacidad de Enrique Galindo para gestionar eventos de gran envergadura. La seguridad pública debe ser una prioridad, y el hecho de que el concierto transcurriera sin la presencia adecuada de las fuerzas del orden es inaceptable.

La negligencia en la organización y supervisión del concierto de Luis Miguel no solo deja en evidencia la falta de liderazgo de Enrique Galindo, sino que también pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar los protocolos y procedimientos para eventos de esta naturaleza. La seguridad de los ciudadanos no puede ser comprometida, y los líderes municipales deben actuar con determinación y responsabilidad ante situaciones que pongan en riesgo el bienestar de la comunidad. La lección aprendida de este episodio debería ser un llamado de atención para mejorar los estándares de seguridad en eventos futuros y asegurar que la mana no tiemble cuando se trata de proteger a los ciudadanos.

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