A poco más de 100 días desde su inauguración, el Tren Maya opera con apenas el 14% de los trenes prometidos, dejando en entredicho los plazos de entrega. Contrario a las expectativas, la empresa francesa Alstom, encargada de suministrar los trenes, no ha cumplido con el cronograma acordado, poniendo en aprietos al proyecto y sus operaciones.
Inicialmente programado para contar con 13 unidades operativas en el momento de su inauguración en diciembre de 2023, el servicio comenzó con solo 4 trenes en funcionamiento. A estos se sumaron gradualmente otros 2, totalizando hasta la fecha solo 6 de los 42 trenes comprometidos por Alstom.
El retraso en la entrega de los trenes ha generado un sobrecargo en la capacidad de los convoyes en servicio, que están siendo utilizados para múltiples propósitos, desde transportar pasajeros hasta realizar pruebas en tramos en construcción. Además, se utilizan para los desplazamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador y su comitiva en eventos de apertura de nuevas rutas.
A pesar de los esfuerzos por mantener la operatividad con los recursos disponibles, la falta de los trenes comprometidos ha puesto en evidencia una brecha significativa entre las promesas hechas por Alstom y la realidad operativa del Tren Maya. Maite Ramos, directora de Alstom México, ha evitado abordar el tema durante varias semanas, y su ausencia en las conferencias matutinas del presidente mexicano ya suma cuatro meses.
Según el último reporte ofrecido por el general Óscar David Lozano Águila, director general de la empresa, los seis trenes en funcionamiento han transportado a más de 64,000 pasajeros y han recorrido más de 200,000 kilómetros en los primeros 3 meses de operaciones. Sin embargo, la capacidad de los trenes se ha visto comprometida, operando al 84% de su capacidad y con una ocupación diaria promedio de 920 pasajeros por tren.
Los destinos más demandados por los pasajeros incluyen Mérida-Teya, Cancún Aeropuerto, San Francisco Campeche, Valladolid y Palenque. A pesar de estos números, el consorcio liderado por Alstom sigue retrasando la entrega de los trenes restantes, comprometiendo así el éxito a largo plazo del ambicioso proyecto del Tren Maya.