La economía mexicana registró una contracción de 0.1% en el 2019 reveló la información oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), con cifras desestacionalizadas.
Este desempeño negativo de la economía en el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, resulta de completarse cinco trimestres consecutivos sin crecimiento, y tres de ellos, los registrados entre marzo a junio, y el de septiembre a diciembre de 2019, en contracción.
La información preliminar divulgada por el Inegi, evidencia que en el último trimestre del año pasado, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en 0.3% respecto del nivel alcanzado en el trimestre previo, cuando la actividad se quedó estancada, sin registrar crecimiento alguno.
Esta caída en el PIB del último cuarto del año, es explicada por el deterioro de la actividad industrial, que completó cinco trimestres consecutivos en contracción, un estancamiento prolongado del sector servicios que se extendió por cuatro trimestres consecutivos, desde enero de 2019. Y el despegue de las actividades agropecuarias, que sin embargo tienen un peso poco significativo para compensar la debilidad de las otras.
“México dejó de ser una economía rural desde hace más de tres décadas. Es un país de servicios y una economía industrializada manufacturera, en especial activa en el sector automotriz. El repunte de actividades primarias es poco significativo para el conjunto de la economía”, aseveró Gabriel Pérez del Peral, catedrático en temas macro de la escuela de negocios de la Universidad Panamericana.
De esta manera, el resultado del PIB en el primer año de gobierno de la Cuarta Transformación, pasa a la historia como la primera vez en dos sexenios, que el Producto Interno Bruto (PIB) registra números rojos.
El antecedente más próximo de una contracción en el PIB del primer año de gobierno de una administración, está en el gestionado por el entonces Presidente Vicente Fox, en el año 2001, cuando la actividad económica se contrajo también en 0.1 puntos del PIB. Una caída que en ese momento, respondió al impacto mundial que tuvo a su vez el deterioro del PIB de Estados Unidos, precipitado por la serie de ataques terroristas que se presentaron en septiembre de aquel año.
Pero la de 2019, se originó en México
A diferencia de aquella contracción económica de 2001, en la que se vio lastrado el PIB mexicano por el deterioro del contexto mundial, la de este año está manufacturada principalmente en el mercado doméstico.
De acuerdo con Gabriel Pérez del Peral, la contracción reportada para el primer año de gobierno de AMLO, es también explicada por la contracción del gasto público, que al mes de noviembre fue de 4.8%; y el desplome de la inversión que al mes de octubre completó una caída de 8.65 por ciento.
Los únicos motores encendidos para la actividad productiva en 2019 estuvieron en el consumo doméstico y el sector externo, acotó. Pero el dirigido desde el exterior por Estados Unidos, estaba a medio prender, pues la demanda manufacturera se ha mantenido negativa por más de cinco meses consecutivos, lo que explica también el bajo desempeño mexicano.
Para el economista de Bank of America Securities para México y Canadá, Carlos Capistrán, el dato del PIB al año 2019, es relevante ahora tan solo para identificar el ímpetu con el que pudo haber arrancado la economía en 2020. Su expectativa de crecimiento para este año 2020, está en 0.9 por ciento.
Sin confianza para invertir
Aparte, desde Washington, el Analista Senior de la consultoría Ducker Frontier, Alejandro Valerio explicó que la falta de inversión de los empresarios en México se ha arrastrado desde octubre de 2018, cuando una consulta pública sentenció a muerte el proyecto de construcción del que habría sido el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que llevaba más del 30% de construcción y avance.
La consultoría donde Valerio es estratega, tiene una de las expectativas más bajas de crecimiento para México en 2020, de 0.4 por ciento.
Valerio tomó por ejemplo el comportamiento de los Credit Default Swaps de aquel momento, y el brinco que dio el Riesgo país de México, entre octubre de 2018 y enero de 2019, para evidenciar el impacto que sí tuvo en el ánimo de los inversionistas la decisión vía consulta pública al margen de la ley.
El estratega de Ducker Frontier, agrega que una encuesta aplicada a sus clientes al cierre del año 2019, arrojó que Brasil y Singapur atrajeron un mayor flujo de Inversión Extranjera Directa, ante mejor ambiente para hacer negocios y un mayor respeto al estado de derecho.
“Todos sabemos que el primer año de gobierno de una administración en México suele haber subejecución del gasto público, que se sumó a un contexto de bajo crecimiento cuya repercusión fue directa en la recaudación tributaria. Si a este escenario agregamos que las prioridades de gasto público en términos de rentabilidad, estuvieron dirigidas a programas sociales y proyectos del sector energético de bajo impacto, auspiciados por la reorientación de recursos públicos que se restaron al gasto en seguridad y a fondos ahorrados, podemos entender la desconfianza del inversionista”, refirió.
El dato final del PIB de 2019, será divulgado por el Inegi el martes 25 de febrero.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx