Este lunes, en Acapulco policías y militares vigilaron 269 escuelas, la mayoría ubicadas en la zona suburbana, en las colonias Renacimiento, Zapata, Vacacional, Las Cruces, donde se registran los más altos índices de homicidios.
El vocero de la Coordinación Estatal para la Reconstrucción y la Paz, Roberto Álvarez Heredia, informó que en Acapulco 350 militares vigilaron las 269 escuelas; mientras que en las 900 restantes, sólo hubo “vigilancia periférica” y rondines.
La Secretaría de Educación Guerrero (SEG), informó que este lunes regresarían a clases más de un millón 300 mil estudiantes, en más de mil 200 escuelas en todo el estado.
La dependencia informó que en la región de la Sierra 43 escuelas no reanudaron clases por el conflicto armado que se vive desde noviembre pasado.
El 10 de noviembre, pobladores de ocho comunidades del municipio de Leonardo Bravo, en la Sierra, comenzaron a desplazarse a la cabecera municipal. Ese día, irrumpieron presuntas autodefensas a la comunidad de Filo de Caballo y que hasta ahora continúan avanzando hacia otros pueblos.
Esta irrupción mantiene a más de mil 600 pobladores, unos 400 niños, amontonados, en el auditorio municipal de Leonardo Bravo. Los pobladores han intentado regresar, pero los armados se los han impedido.
En la Sierra este ciclo escolar no ha podido ser regular, comenzó dos meses después por el mismo motivo: la violencia.
Álvarez Heredia informó que en Chilapa y la región de la Montaña baja, policías y militares resguardaron 26 escuelas de las 680. El delegado de la SEG en la región, Jerónimo Maurilio, afirmó que el 100 por ciento de las escuelas en los municipios de Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo, Atlixtac José Joaquín Herrera reanudaron clases.
En diciembre pasado, la suspensión de clases en Guerrero comenzó en Chilapa. Los profesores denunciaron que recibieron en sus celulares mensajes de WhatsApp exigiéndoles 25 por ciento de su aguinaldo de parte de presuntos delincuentes.
Este lunes en Chilpancingo, reanudaron clases todas las escuelas, con vigilancia de policías y militares. En la capital, según Álvarez Heredia, 350 militares hicieron labores de vigilancia y rondines cerca de las escuelas.
Chilpancingo fue de los municipios donde profesores tuvieron que suspender clases por presuntas amenazas. Incluso, se vieron escenas de pánico: padres llegaban corriendo por sus hijos después de que los profesores les avisaban que recibieron mensajes de presuntos delincuentes.
Las amenazas de extorsión también afectaron a escuelas de la Universidad Autónoma de Guerrero que tuvieron que adelantar clases en Acapulco, Chilpancingo y Chilapa en diciembre pasado.
La presencia de policías y militares en escuelas de Guerrero cada vez es más recurrente.
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