El gobierno de Estados Unidos ha puesto a disposición de las autoridades mexicanas aviones no tripulados para apoyar las operaciones contra el crimen organizado en territorio nacional. Estos drones, pilotados a distancia, participan en labores de vigilancia y reconocimiento para fortalecer la seguridad en zonas donde se llevan a cabo operativos especializados.
Recientemente, uno de estos drones estadounidenses sobrevoló la región de Valle de Bravo y Tejupilco, en el Estado de México, al oeste de la capital. La presencia de esta aeronave aérea se realizó a petición del gobierno mexicano, según confirmó el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch. Se trata de un modelo MQ-9B, utilizado comúnmente para tareas de reconocimiento, que ayuda a las autoridades mexicanas a monitorear áreas estratégicas para combatir la actividad delictiva.
El uso de estos aviones no tripulados forma parte de una cooperación bilateral enfocada en mejorar las capacidades de vigilancia y control contra grupos criminales que operan en México. La intervención de tecnología avanzada estadounidense refuerza las acciones en tierra y contribuye a la efectividad de las operaciones, sin que esto implique una acción militar directa, aclaró Harfuch.
Este apoyo ocurre en un contexto donde México y Estados Unidos mantienen una coordinación estrecha para enfrentar problemas complejos como el narcotráfico y otros delitos vinculados al crimen organizado. El uso de drones es una herramienta más dentro del esfuerzo conjunto para mejorar la seguridad pública y garantizar un mejor control sobre las áreas consideradas de alto riesgo.
