MEXICO.- Frente a los escombros humeantes del polvorín, Valente Rojas dice que a los artesanos de la pirotecnia del poblado de Tultepec los caracteriza el afán por ayudarse cuando la pólvora causa estragos.
“Aquí tenemos la costumbre, como vecinos y compañeros, que si pasa cualquier cosa vamos a apoyar, así sea nomás un papel ardiendo”, explicó el artesano de 68 años, un veterano de los fuegos artificiales porque los hace desde niño.
La tragedia reapareció este jueves en el poblado en el central estado de México, luego que una cadena de explosiones en un polvorín mató a 24 personas y dejó heridas a otras 49, varias de ellas de gravedad, dijeron las autoridades.
Famoso en México por sus juguetes y artesanías pirotécnicas, Tultepec no cicatrizaba aún del todo la herida que se abrió por la muerte de 42 personas, en diciembre de 2016, tras estallidos que destruyeron su principal mercado para ventas.
Esta ocasión, las explosiones ocurrieron en el campo de La Saucera, a las afueras del poblado, donde están los cerca de 500 talleres autorizados para fabricar la pirotecnia, una actividad central en la economía de la localidad de 120.000 habitantes.
Un primer estallido a las 9:40 hora local convocó a bomberos, policías y rescatistas, pero también a decenas de trabajadores de talleres vecinos que empezaban su jornada, relataron varios de los productores.
Los servidores públicos y pirotécnicos trataban de apagar el fuego cuando los sorprendieron tres explosiones en cadena en instalaciones a unos metros de distancia, causando la muerte de 17 personas allí y de siete más en hospitales.
Al menos seis bomberos y policías se cuentan entre quienes murieron, señaló el gobierno local. El resto de víctimas fatales, coincidieron productores, eran en su mayoría gente de los otros polvorines.
La solidaridad del gremio es lo que los empujó a plantarse ante las llamas, aseguró Valente, miembro de una familia que por generaciones ha producido castillos de coloridas figuras que se encienden en fiestas de pueblos.
Al ver la quema, humanitariamente llegaron los compañeros a auxiliar. Se meten sin saber qué cosas hay en las demás bodegas, que lamentablemente tronaron”, describió el artesano.
Un trabajador contó que miró entre los escombros el cuerpo de “el Pichón”, un conocido suyo que trabajaba la pirotecnia por herencia familiar.
“Uno siempre trata de ayudar en lo que se pueda, es el instinto. Luego uno no sabe lo que hay adentro”, refirió el hombre de 40 años, quien habló a condición de anonimato.
Las autoridades todavía no precisaban si el primer estallido causó muertes, pero el mismo trabajador relató que él vio a dos empleados heridos por quemaduras salir por su propio pie del inmueble.
Entre la tragedia del mercado y esta última se han sucedido varias explosiones en polvorines autorizados e ilegales del poblado, la más reciente apenas la semana pasada también en La Saucera que mató a una persona e hirió a ocho más.
Otro estallido en un almacén clandestino dentro del poblado, el 6 de junio pasado, cobró la vida de siete habitantes y dañó casi 100 casas a su alrededor.
Las causas del siniestro de hoy todavía no han sido aclaradas, sin embargo los productores piensan que los accidentes de estos meses son porque los insumos que se venden ahora son más volátiles que los del pasado.
Dijeron que el nitrato o clorato de potasio que usan sólo lo encuentran actualmente de importación, por lo que pidieron al gobierno fortalecer la verificación de su calidad y características a su entrada al país.
Los empaques no tienen ni fecha de caducidad y nosotros lo usamos para todo. Los colores, la mecha, la pólvora”, enumeró un pirotécnico.
Para el especialista en Protección Civil, Oscar Roa, el siniestro muestra que las autoridades necesitan mejorar las medidas para evitar que una explosión detone estallidos en almacenes cercanos y perfeccionar los protocolos de actuación ante emergencias.
Las corporaciones debieron evacuar a los artesanos, a pesar de que éstos quisieran apoyar, y cerrar el área por precaución porque era de suponerse que habría material peligroso en inmuebles cercanos, ejemplificó.
Es evidente que fallaron aquí muchas cosas”, apuntó el consultor en la materia, quien agregó que es deseable que los propios productores formen brigadas para que su reacción sea organizada.
El ayuntamiento ha dicho antes que La Saucera se eligió tiempo atrás para albergar los talleres porque está afuera de la zona urbana del pueblo, lo que reduce riesgos, además de que están construidos con medidas de seguridad para contener la propagación de fuego.
Después del episodio, el gobierno del estado de México anunció que revisará exhaustivamente los permisos de los productores y “todas las irregularidades que puedan existir en estos permisos”.
Acostumbrados a estragos de la pólvora, habitantes de casas vecinas al campo describieron la cadena de explosiones como la más dura que han atestiguado en esa zona.
El piso se cimbró como no lo habían sentido antes y varias densas columnas de humo blanco se levantaron en el paisaje del poblado, ubicado al norte de la Ciudad de México.
Roberto Ruiz, un poblador, dijo que en el pasado había observado hasta automóviles volar a consecuencia de explosiones, pero no daba crédito a lo que pasó a unos cientos de metros de distancia de su casa.
Fuente: AGENCIAS