Los expresidentes del IFE Luis Carlos Ugalde, José Woldenberg y Leonardo Valdés, criticaron la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador
Durante el foro En defensa del INE, la constitución y la democracia, moderado por la senadora Claudia Anaya, los exfuncionarios argumentaron en contra de la reforma.
Woldenberg destacó el papel de la autonomía para evitar la interferencia de los partidos y afirmó que“desde el gobierno se añora tener representantes con poder de decisión y es entonces cuando intentan colocar voceros, en vez de consejeros”.
“Con ello le hacen daño a la institución, pero en el mediano plazo también se dañarían ellos mismos, ya que desacreditarían al expediente que le otorga legitimidad a los congresos: las elecciones”, sostuvo.
Asimismo, afirmó que el encarecimiento del sistema electoral tiene que ver con la desconfianza que hay en los procesos y aseguró que “la batalla contra la desconfianza no se ha ganado”.
Por su parte, Luis Carlos Ugalde recalcó que hay varias batallas a afrontar: la legalidad, la memoria, la autocontención democrática, el presupuesto, el nombramiento de los consejeros electorales, y la aceptación de resultado en 2024.
“Si hoy tenemos duda de que alguna de las partes no estará dispuesta a aceptar, entonces quiere decir que estamos en un enorme riesgo político y constitucional como país”, declaró.
Relató que las restricciones actuales surgieron tras alegatos de la izquierda y de López Obrador, pero denunció que “estas luchas se han visto rotas” durante las campañas de revocación de mandato.
Igualmente, señaló que, de no aprobarse la reforma, es probable que AMLO y Morena quieran reducir los recursos del INE, lo que podría dañar la capacidad operaciones del instituto.
Agregó que “las calles siguen siendo un elemento simbólico muy importante para defender al INE”, haciendo referencia a las manifestaciones ciudadanas.
A su vez, Leonardo Valdés reiteró que desaparecer las diputaciones de mayoría y las senadurías de mayoría produciría una sobrerrepresentación del partido más votado y una subrepresentación de los demás.
Además, acusó que “acabar con el servicio profesional electoral” regresaría al país “al control autoritario del proceso electoral”.
“No hay una sola propuesta en esta iniciativa de reforma que fortalezca el control democrático de los procesos electorales y tampoco hay ninguna propuesta que fortalezca la legitimidad del proceso”, concluyó.