Las fosas clandestinas se han convertido en un oscuro fenómeno en Jalisco, México, donde las organizaciones criminales utilizan estas tumbas secretas como su método preferido para deshacerse de víctimas. En los últimos cinco años, se han recuperado los cuerpos sin identificar de mil 669 personas en el estado, según datos de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas.
El sitio de internet activado por la Fiscalía muestra estadísticas alarmantes: desde diciembre de 2018 hasta agosto de 2023, se han intervenido un total de 143 fosas clandestinas en Jalisco. La mayoría de las víctimas fueron encontradas de manera fragmentada, lo que agrega un grado adicional de crueldad a este macabro fenómeno.
El análisis de las estadísticas revela que el problema de las fosas clandestinas se concentra en 16 de los 125 municipios de Jalisco. Tlajomulco de Zúñiga encabeza la lista con 65 fosas, seguido de Zapopan con 21 y San Pedro Tlaquepaque con 15. En total, hay seis municipios con al menos una fosa clandestina.
Sin embargo, el desafío no se limita a la localización y el procesamiento de estos sitios clandestinos de inhumación. También es crucial la identificación de las víctimas. Según la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, apenas el 49.7% de las más de mil 600 víctimas encontradas en fosas han sido identificadas y entregadas a sus familiares. El resto se somete a cinco diferentes pruebas periciales antes de ser almacenadas en los refrigeradores del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y luego en el panteón forense.
La fosa clandestina más grande encontrada en Jalisco hasta la fecha es conocida como “Los Sabinos”, intervenida en octubre de 2020 en la colonia del mismo nombre, en el municipio de El Salto. En segundo lugar se encuentra la fosa “Mirador II” en Tlajomulco de Zúñiga, donde se recuperaron los cuerpos de 110 personas. Finalmente, el tercer sitio con más hallazgos es “El Saucillo” en el municipio de Juanacatlán, de donde se extrajeron los cuerpos de 95 personas fallecidas sin identificar.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, expresó su preocupación en noviembre de 2020 y destacó la importancia de distinguir los homicidios dolosos de los hallazgos de cuerpos en fosas clandestinas, debido a que estos últimos pueden pertenecer a diferentes períodos de tiempo. Esta problemática sigue siendo un desafío crítico para las autoridades estatales en su lucha por abordar la creciente crisis de las desapariciones y la identificación de las víctimas en Jalisco.
