En el arranque de la precampaña presidencial del Frente Amplio por México (FAM), liderado por Xóchitl Gálvez, se evidencian tensiones y fracturas, con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) acusando incumplimientos y exclusiones.
El dirigente perredista, Jesús Zambrano, denunció la actitud del PAN y el PRI, alegando que no se valora la contribución del PRD en la coalición. Ante esto, el PRD ha decidido competir con candidaturas federales propias, acusando la exclusión de la sociedad civil.
Las tensiones se intensifican con la inconformidad de Luis Espinosa Cházaro, quien fue descartado por su partido para competir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. La imposición del panista Santiago Taboada generó críticas y expresiones de descontento.
En un giro sorprendente, el priista Adrián Rubalcava renunció al PRI en protesta contra la imposición de Taboada. Acusó al dirigente del PRI, Alejandro Moreno, de mentir y traicionar. Rubalcava reveló una presunta intervención de Xóchitl Gálvez, negada por la senadora panista.
En el contexto de estas tensiones, Rubalcava adelantó que diputados priistas afines a él podrían votar con los morenistas para ratificar a la fiscal capitalina, Ernestina Godoy, desafiando el acuerdo tripartita de rechazo de PRI, PAN y PRD.
En respuesta, Moreno acusó a los disidentes de mercenarios y rechazó la debilidad del partido. Mientras tanto, el PRD en el Estado de México anunció su decisión de no unirse al FAM en las elecciones de 2024, citando la pérdida de identidad y el incumplimiento de acuerdos.
El secretario general perredista, Javier Rivera, informó que la decisión se basó en el menosprecio a la base del PRD, falta de atención y desorganización por parte de panistas y priistas. Estas tensiones internas presentan un desafío significativo para el Frente Amplio por México en su camino hacia las elecciones de 2024.