Ciudad de México, México. — Grupos criminales están utilizando inteligencia artificial y redes sociales para cometer fraudes millonarios en México, afectando principalmente a adultos mayores que son enganchados con promesas de inversiones seguras y ganancias rápidas.
De acuerdo con una investigación de Aristegui Noticias, lo que inicia con un anuncio en Facebook, Instagram o TikTok lleva a las víctimas a llenar formularios y entregar información personal. Posteriormente, son dirigidas a aplicaciones o páginas donde se les promete obtener grandes rendimientos. En algunos casos, los defraudadores entregan pagos iniciales pequeños para generar confianza antes de desaparecer con todo el dinero.
Según cálculos de especialistas, estas redes criminales obtuvieron en solo un mes más de 30 millones de pesos, con personas que invirtieron desde 10 mil hasta un millón de pesos.
El abogado Aresvir Marín, experto en prevención de fraudes, advirtió que los fraudes cibernéticos “son un cáncer silencioso” que no se denuncia con la frecuencia necesaria. Señaló que las cuentas receptoras del dinero suelen estar a nombre de empresas fachada, con giros no financieros, que cierran operaciones rápidamente para entorpecer las investigaciones.
Por su parte, el abogado Eduardo Jácome detalló que las transferencias pueden alcanzar hasta 900 mil pesos en un solo día por persona, y que los movimientos detectados van de 30 a 80 millones de pesos mensuales. El dinero es retirado de inmediato, lo que dificulta seguir el rastro. Denunció además que bancos como Banorte y Santander han permitido la apertura de estas cuentas sin activar las alertas correspondientes.
El proceso legal, coincidieron, es lento y con numerosos obstáculos, lo que desalienta a las víctimas a denunciar. Además, el estigma social y la vergüenza incrementan el silencio en torno a estos casos. “Algunas personas han perdido todo su patrimonio y han llegado a pensar en suicidarse por la desesperación”, relató Marín.
La investigación advierte que el uso de inteligencia artificial y las fallas en la supervisión bancaria han permitido que este tipo de fraudes se convierta en uno de los delitos de mayor crecimiento en México, sin que hasta ahora exista una estrategia contundente para frenarlo.
