Gasolina barata en México: La promesa que quedó en el olvido

En una decepcionante realidad que contradice las promesas hechas a los mexicanos, el precio de la gasolina regular en la Ciudad de México ha alcanzado niveles alarmantes, llegando a ser un 60 por ciento más caro que en Texas, cuando se mide en pesos.

Esta abrumadora diferencia de precios se atribuye a tres factores principales.

En primer lugar, se encuentra la reducción del 32 por ciento en el precio del combustible en el lado estadounidense del Río Bravo. En Estados Unidos, cuando el precio del petróleo disminuye, también lo hace el precio de la gasolina, y viceversa.

El segundo factor es la depreciación del peso mexicano, que ha caído un 14 por ciento en el último año en comparación con el dólar.

Y como si estos dos factores no fueran suficientes, la Secretaría de Hacienda ha reducido los apoyos fiscales que antes se otorgaban a los precios de la gasolina.

“En junio de 2022, el precio internacional de la gasolina se disparó, y el gobierno sacrificó la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios para estabilizarlo. Incluso se sacrificaron algunos subsidios en ISR y IVA”, explicó Alejandro Montufar Helú, director de la consultora PetroIntelligence.

“Hoy en día, la mayoría de las importaciones las realiza Pemex y lleva meses importando gasolina más barata desde Estados Unidos. Ya podrían trasladar un poco más de ese ahorro al consumidor público”, concluyó Montufar Helú.

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Además de esta preocupante situación, los expertos señalan que se ha reducido el número de permisos para la importación de combustibles a empresas privadas, los costos logísticos de importación han aumentado y existe una excesiva regulación para las estaciones de servicio, las cuales deben realizar inversiones millonarias para cumplir con dichas regulaciones.

Beatriz Marcelino, presidenta de la consultora Grupo Ciita y de la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía, destacó que el costo de la logística de transporte del combustible en México es muy elevado debido al cierre de los ductos para evitar el robo de hidrocarburos.

“El transporte de combustible en pipas y trenes es muy costoso, y esto también contribuye a la dificultad para reducir los precios”, comentó Marcelino.

Aldo Leal, director de Gas Manager, una empresa especializada en controles volumétricos, añadió que las estaciones de servicio enfrentan altos costos tecnológicos derivados de nuevas obligaciones impuestas por diversas autoridades, como el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Ante este panorama desalentador, los ciudadanos mexicanos se ven afectados por el aumento constante de los precios de la gasolina, a pesar de las promesas de un suministro más económico. La situación exige soluciones efectivas por parte de las autoridades para aliviar la carga financiera que recae sobre los consumidores y promover un acceso más asequible a los combustibles.

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