En un contundente informe presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), encargado de asistir en la investigación del caso Ayotzinapa, se exhibieron graves señalamientos hacia las Fuerzas Armadas mexicanas. El GIEI se despidió del caso, dejando al descubierto que tanto el Ejército como la Marina tuvieron conocimiento en tiempo real de los hechos y que incluso, la Marina torturó a detenidos cuyas declaraciones se utilizaron para construir la controvertida “verdad histórica”. Además, se destapó la participación oculta del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en los interrogatorios.
Los especialistas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Carlos Beristain y Ángela Buitrago, quienes continuaron el seguimiento de la investigación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), expresaron su frustración y desazón al enfrentarse al ocultamiento de información y al descubrimiento de una “cúmulo de información falsa, alterada y modificada” por diversas dependencias gubernamentales.
Carlos Beristain declaró que el GIEI ha llegado al límite de lo que pudo investigar como asistencia técnica y, debido a la falta de cambios en la situación, han decidido poner fin a su trabajo en el caso Ayotzinapa. En el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el experto español señaló que la desaparición de los normalistas se explicaba por la colusión del Ejército y las fuerzas de seguridad de Guerrero con el narcotráfico y la delincuencia.
Además, Beristain destacó que la Marina, si bien no participó en los acontecimientos del 26 de septiembre, sí estuvo involucrada posteriormente en la detención y tortura de sospechosos, cuyas declaraciones fueron utilizadas para sustentar la versión oficial conocida como la “verdad histórica”. Se mencionó también que la Marina monitoreó comunicaciones y que se confirmó la muerte de dos personas en operativos llevados a cabo por un grupo especial de marinos.
Por su parte, Ángela Buitrago presentó un análisis sobre los movimientos y comunicaciones del Ejército presentes en los hechos de Iguala, contradiciendo la información proporcionada por la Secretaría de la Defensa Nacional. Buitrago reveló que la Sedena mantuvo comunicación con diversas entidades, lo que denota una estrecha coordinación entre los elementos durante los acontecimientos de Iguala.
En relación con el papel del extinto Cisen, Beristain informó que se descubrió la presencia de uno de sus agentes en la calle Juan N. Álvarez, uno de los lugares donde ocurrió la desaparición de los normalistas. Además, se destapó que el Cisen ocultó su participación en detenciones e interrogatorios relacionados con el caso.
El informe del GIEI pone al descubierto los niveles de implicación y responsabilidad de todas las corporaciones del Estado en la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. Ante estas revelaciones, se espera que las autoridades correspondientes tomen acciones para esclarecer la verdad detrás de este doloroso episodio que conmovió a la sociedad mexicana y al mundo entero.