El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el gobierno absorberá las pensiones no reclamadas de personas mayores de 70 años, justificando que es preferible que estas queden en manos estatales en lugar de en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores). López Obrador aseguró que esta medida, contemplada en una reforma propuesta al Congreso, busca proteger los derechos de los trabajadores y fortalecer los fondos de pensiones.
La reforma propuesta incluye la creación de un fondo de pensiones que permitiría a los trabajadores jubilarse con el 100% de su salario, en contraposición al 40% actual establecido durante la administración de Ernesto Zedillo. López Obrador criticó que las Afores retengan las pensiones no reclamadas y destacó que, según la ley actual, estos remanentes deben pasar al fondo del Seguro Social.
El mandatario señaló que la nueva reforma busca asegurar que los remanentes no reclamados también sean destinados al fondo de pensiones gubernamental, aunque se mantendrá una reserva para entregar los fondos si un trabajador los reclama en el futuro. Estimó que el monto de estas pensiones no reclamadas asciende a 40 mil millones de pesos y que el fondo de pensiones sería administrado por el Banco de México.
Además, el fondo contaría con financiamiento adicional proveniente de diversas fuentes, como decomisos del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep) y utilidades de proyectos como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). López Obrador reiteró que esta medida busca garantizar una mejor protección a las pensiones de los trabajadores y corregir lo que considera injusticias cometidas en administraciones anteriores.
La propuesta del presidente ha generado debate sobre el papel del gobierno en la administración de fondos de pensiones y su impacto en el sistema financiero y en los derechos de los trabajadores.
