Gobierno analiza comprar a Cuba material para las obras del Tren Maya

Luego de generar controversia al contratar a cientos de médicos cubanos, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría volver a enfurecer a sus críticos tras anunciar el viernes planes de adquirir material de construcción a Cuba para el llamado Tren Maya.

Mucha gente en México ya alberga dudas sobre el proyecto presidencial para construir dicho ferrocarril turístico en la península de Yucatán. Hay interrogantes acerca de su impacto ambiental y sobre qué tanta demanda tendría.

Pero López Obrador también enfrenta un enorme reto logístico en su prisa por concluir el tren en un año. Se requieren millones de toneladas de balasto para estabilizar las vías, pero en cientos de kilómetros a la redonda no hay piedra adecuada para ello. La mayor parte tiene que ser transportada en camión desde la costa del Golfo de México, a unos 900 kilómetros de distancia.

El mandatario indicó que la piedra triturada podría traerse en cantidades mayores por vía marítima desde Cuba, pero reconoció que está al tanto de que una decisión así desataría críticas.

“Voy a comentar algo para que nos cuestionen nuestros adversarios”, dijo López Obrador, y señaló al país caribeño en un mapa: “Es muy probable que para este tramo traigamos balasto, que sí hay acá”.

Incluso si así se hace, los buques que transporten balasto cubano tendrían que anclar en el puerto de Sisal, al otro lado de la península de Yucatán, y ser transportados en camión unos 300 kilómetros a algunos sitios donde se está construyendo el tren.

Hay un muelle de carga privado en la localidad de Playa del Carmen, en la costa del Caribe —justo donde se propone colocar las vías-, el cual podría manejar los envíos cubanos, pero López Obrador no puede utilizarlo porque ordenó la clausura de la compañía estadounidense que es su propietaria.

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“Ese (puerto) sería ideal, tiene la profundidad, pero no hay buenas relaciones” con la empresa, reconoció el mandatario.

En mayo, la Secretaría de Medio Ambiente cerró la cantera de piedra caliza propiedad de Vulcan Materials, con sede en Alabama, incluido el muelle.

López Obrador quiere que la cantera llena de agua sea convertida en un parque acuático que rivalice con el de XCaret. También desea que Vulcan construya un muelle para cruceros en la terminal de carga. Ha presionado a la compañía de conglomerados para que le venda la propiedad al gobierno, o que ella misma abra un parque acuático.

Es casi seguro que la idea de desarrollar un parque acuático allí sea inviable. Las secciones de la cantera que están llenas de agua, aunque se ven llamativas, están habitadas por cocodrilos.

Se pretende que el Tren Maya de mil 500 kilómetros de longitud recorra la península de Yucatán en un circuito, vinculando los destinos turísticos de playa y los sitios arqueológicos.

López Obrador dice que ese ferrocarril es una forma de llevar algo de los enormes ingresos que deja el turismo en Cancún a comunidades tierra adentro que no han recibido nada de esa riqueza. Pero no hay estudios creíbles de viabilidad que muestren que los turistas realmente querrán utilizar el tren.

Además, sin que se realizaran estudios ambientales previos, el presidente decidió talar una franja de selva entre las ciudades turísticas de Cancún y Tulum.

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