
El Gobierno federal anunció que, a partir de 2027, impulsará la integración de los diversos subsistemas que hoy conforman el Sistema Nacional de Salud. La propuesta busca que quienes estén afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) puedan recibir atención médica también en clínicas del IMSS Bienestar o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), y que lo mismo suceda a la inversa. Esta iniciativa fue presentada por el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, luego de una reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional.
La unificación representaría un paso importante hacia un sistema de salud más cohesionado, donde los ciudadanos no estén limitados a acudir únicamente a las instituciones a las que están adscritos. Con ello, se pretende facilitar el acceso a servicios médicos, especialmente en zonas donde las instalaciones de salud pueden ser escasas y distantes, y optimizar la distribución de recursos y personal sanitario.
Aunque todavía no se han dado detalles sobre cómo se llevará a cabo esta transición, se espera que los esquemas de interoperabilidad entre instituciones, transferencia de expedientes médicos y financiamiento se encuentren entre los temas de estudio. La medida también podría implicar cambios en la organización administrativa, presupuestal y operativa de los sistemas existentes, con el objetivo de asegurar una atención continua y equitativa para toda la población.
Este compromiso gubernamental se inscribe en una estrategia más amplia orientada a avanzar hacia una cobertura universal de salud. La unificación podría contribuir a eliminar barreras institucionales y reducir desigualdades en el acceso a servicios médicos básicos y especializados, aunque el éxito del plan dependerá de una ejecución coordinada y bien planeada entre las distintas entidades del sistema de salud.










