El Gobierno federal presentó oficialmente el Café del Bienestar, un producto 100 por ciento soluble que busca apoyar a miles de pequeños productores de café en México y ofrecer a los consumidores un producto accesible y de calidad. Esta iniciativa fue dada a conocer por María Luisa Albores González, directora general de Seguridad Alimentaria Mexicana, durante la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum. Se informó que el café estará disponible en tres presentaciones: 50 gramos con un precio de 35 pesos, 90 gramos a 65 pesos y 205 gramos a 110 pesos, y se venderá en las Tiendas Bienestar de todo el país.
Albores destacó que el 84 por ciento de las familias mexicanas prefieren el café soluble, razón por la cual se decidió producir esta variedad. Aunque aún no cuentan con una planta propia para su elaboración, hay instrucciones para construir una que permita ampliar la producción. El café que se utiliza proviene de 6 mil 646 pequeños productores, en su mayoría de comunidades indígenas de Oaxaca, Puebla, Veracruz y Guerrero, y particularmente de la Montaña de Guerrero, donde se concentra más de la mitad del acopio.
El programa del Café del Bienestar tiene un fuerte enfoque social, ya que la mitad de los productores son mujeres, especialmente en la región de Guerrero, donde seis de cada diez productores son mujeres indígenas. Hasta la fecha, se han acopiado más de 900 toneladas de café, con una inversión social que supera los 59 millones de pesos. El proyecto opera en 72 municipios con 465 localidades atendidas mediante 14 centros de acopio y ocho puntos móviles que facilitan la recolección.
Este programa se desarrolla en fases para cubrir progresivamente más regiones del país. La primera incluye estados del centro como Ciudad de México, Estado de México, Michoacán, Morelos, Puebla y Tlaxcala. La segunda fase extenderá la distribución a estados del occidente y sur, como Guerrero, Oaxaca y Veracruz. Las siguientes etapas contemplan el norte, sureste, península de Yucatán y finalmente la península de Baja California y noroeste del país.
El proyecto busca no solo ofrecer un café de calidad a precios accesibles, sino también fortalecer la economía rural, impulsar la producción agroforestal sostenible y apoyar a las comunidades originarias que producen el grano, velando por la conservación del medio ambiente y la biodiversidad local.
