Hay más de 22 mil víctimas de violencia sexual infantil en México

El número de víctimas de violencia sexual infantil en México ha alcanzado cifras alarmantes, según los datos del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal elaborado por el INEGI. En 2021, se registraron 22,410 casos de violencia sexual contra niños y niñas en el país, sin incluir la cifra “oculta” de casos que no se denuncian.

Los resultados fueron revelados por Alumbra, una comunidad colaborativa respaldada por el Early Institute, en su Panorama Estadístico de la Violencia Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes. El estudio mostró un aumento del 3% en comparación con el año anterior, con 693 casos más registrados de 2020 a 2021. Las niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 14 años fueron el grupo más afectado, y es preocupante destacar que casi el 10% de las víctimas fueron menores de 5 años, lo que equivale a 2,070 casos de violencia sexual durante su primera infancia.

Según los datos del censo, se cometieron diariamente 61 delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en 2021, de los cuales 6 afectaron a menores de 5 años.

En cuanto a las denuncias y las investigaciones abiertas sobre violencia sexual infantil, se informó que de las 22,410 víctimas, un total de 18,903 casos correspondieron a niñas y mujeres, lo que representa el 84% de los casos.

En términos de distribución geográfica, los estados con las tasas más altas de delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes fueron Chihuahua (161 casos), Querétaro (139 casos), Nuevo León (134 casos), Ciudad de México (123 casos), Baja California (115 casos) e Hidalgo (111 casos), todos superando los 100 delitos por cada 100,000 niñas, niños y adolescentes en cada entidad federativa.

Según el censo de 2021, el delito más registrado fue el abuso sexual, representando el 53% de los casos, seguido de la violación (33%), otros delitos de violencia sexual (5.7%), acoso sexual (4%), estupro (3.6%), hostigamiento sexual (1%) e incesto (0.01%).

El estudio resalta la falta de homogeneidad en los Códigos Penales estatales en lo que respecta a delitos sexuales, lo que provoca confusión en las conductas sancionadas y lleva a interpretaciones jurídicas que resultan en impunidad. Además, existe un acceso limitado a la justicia, poca coordinación entre los estados para proteger a las niñas, niños y adolescentes, y se carece de una perspectiva de niñez.

El informe también analizó los informes de lesiones y causas de violencia concentrados en la Secretaría de Salud, y reveló que entre 2020 y 2021, la violencia contra niñas, niños y adolescentes aumentó en todas sus formas.

Se registró un aumento del 43% en niñas, niños y adolescentes que buscaron atención médica debido a alguna forma de violencia (física, sexual, psicológica o abandono), alcanzando un total de 27,486 casos en 2021. Hubo un aumento del 48% específicamente en casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, con 8,172 casos reportados.

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Lamentablemente, durante el periodo de la pandemia entre 2020 y 2021, se observaron aumentos significativos en niñas, niños y adolescentes que acudieron a hospitales debido a diferentes formas de violencia. La violencia física aumentó un 29%, la violencia psicológica un 49%, la violencia económica un 78%, y el abandono o negligencia también se incrementó.

Diariamente, 75 niñas, niños y adolescentes acudieron a unidades médicas en busca de atención debido a violencia física, sexual, psicológica, económica, abandono o negligencia, mientras que 22 acudieron como consecuencia de violencia sexual.

Además, el estudio examinó la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh 2021) y encontró que 12 de cada 100 mujeres reportaron haber sufrido alguna forma de violencia sexual antes de los 15 años.

De 2016 a 2021, el número de niñas y mujeres que sufrieron algún tipo de violencia sexual aumentó de 4,378,040 casos a 6,366,948 casos. Esto representa un aumento del 45% en la violencia sexual experimentada durante la infancia y adolescencia, según lo reportado por mujeres mexicanas.

Otra evidencia respaldada por estadísticas y datos oficiales disponibles de manera dispersa y recopilada en el estudio de Alumbra reveló que siete de cada diez agresores de niñas y adolescentes son familiares, es decir, personas cercanas a las víctimas. Los tíos y primos ocupan los primeros lugares entre los agresores.

El desafío de prevenir, erradicar y sancionar la violencia sexual infantil es evidente. Para Alumbra, es crucial generar y analizar periódicamente indicadores de violencia sexual. Aunque se reconoce la labor de las fuentes de información existentes, se destaca la necesidad de una encuesta nacional que permita cuantificar la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, para realizar diagnósticos y estudios más especializados, identificar factores de riesgo, asociaciones entre variables y tendencias sobre la violencia sexual.

Además, se requiere desarrollar estrategias basadas en evidencia orientadas a prevenir la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, fomentar una cultura de denuncia de delitos y reducir la “cifra oculta”.

En conclusión, mientras no se establezca un marco jurídico homogéneo en sus propósitos y alcances para prevenir y sancionar la violencia sexual, ni se implementen políticas públicas con un enfoque centrado en la niñez, las niñas, niños y adolescentes seguirán experimentando una infancia fracturada, con el riesgo de permanecer en silencio durante toda su vida, mientras que los agresores quedarán impunes.

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