El titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, indicó que con la imposición de aranceles a México, en el sector agropecuario las pérdidas serían de mil 410 millones de dólares, es decir, aproximadamente 3.8 millones de dólares diarios, que impactarían a ambos países, en particular a los consumidores.
Comentó que en 2018, el intercambio comercial en el sector fue de cuatro mil 750 millones de dólares, donde México provee de manera fundamental.
Enfatizó que México y Estados Unidos tienen un mercado integrado en materia comercial, pues dos terceras partes de las compañías se encuentran en ambos territorios, y esto se ha fortalecido desde la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994.
A su vez, la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, sostuvo que durante estos años de intercambio comercial se logró la integración comercial y productiva, construyéndose una relación que toma lo mejor de los dos países para hacer de esta región la más competitiva de la tierra.
Declaró que una vez ratificado el nuevo tratado “debemos caminar hacia el fortalecimiento de ese comercio para seguir siendo el mercado más competitivo del planeta”.
Reiteró que la imposición de aranceles, en un inicio de 5 por ciento, que busca ejecutar el presidente Donald Trump el 10 de junio, afectarían la relación y tocarían a consumidores, cadenas de valor y al empleo.
Al ser cuestionada sobre las medidas que implementará México en caso de que el planteamiento del magnate se concrete, explicó que, primero, se buscaría a organismos internacionales.
Aseguró que, por el momento, no se podría decir que se responderían los aranceles con una medida igual, ya que con ello se dañarían las cadenas de valor, los empleos e incluso las inversiones, por ello trabajan en una estrategia para que el libre comercio prevalezca.
En tanto, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, destacó que las medidas que busca implementar el gobierno estadunidense serían caras para ambas naciones, pues restarían competitividad comercial y no acabarían con la migración.
Manifestó que México está dispuesto a seguir trabajando con Estados Unidos para tratar temas de interés común, sin embargo, aclaró que un tratado para que México sea un “tercer país seguro” para migrantes centroamericanos no será aceptado.
Fuente: https://www.excelsior.com.mx