El incremento general de precios al consumidor en México volvió a escalar en julio y llegó a un máximo en 22 años, revelaron datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Una de las principales presiones sobre los precios está en el rubro de alimentos, así como en productos agrícolas y pecuarios, renglones que inciden directamente en el consumo de los hogares.
La inflación anual se situó en julio en 8.15 por ciento, superior al 7.99 de junio, en lo que constituye su nivel más alto desde diciembre de 2000.
Así, la inflación se mantuvo al alza por segundo mes consecutivo, y en su medición anual se ubicó ligeramente por arriba de lo anticipado por analistas financieros.
De acuerdo con datos de la última encuesta de Citibanamex, los participantes anticipaban una inflación anual de 8.13 por ciento.
En el reporte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el Inegi precisó ayer que la inflación general mensual fue de 0.74 por ciento en julio, con respecto a junio pasado (0.84 por ciento), ubicándose nuevamente por encima del estimado del consenso del mercado de 0.72 por ciento.
En los pasados 12 meses, la presión sobre los precios al consumidor en México proviene de productos que son indispensables para las familias, como los alimentos, con un alza anual de 12.09 por ciento anual, muy arriba de la inflación general; los agropecuarios, 16.05 por ciento, y restaurantes y hoteles, con 10.25 por ciento.
Así, el Índice de Precios de la Canasta de Consumo Mínimo, la cual está integrada por un subconjunto de 176 productos y servicios del INPC, mostró una variación mensual de 0.81 por ciento y anual de 8.66 por ciento, un nuevo máximo desde que comenzó su medición en agosto de 2019, explicó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis de Monex.
En julio, la inflación subyacente, que excluye de su medición los productos de alta volatilidad de precios, como son los energéticos y los agropecuarios, y la que determina la trayectoria de la inflación a mediano y largo plazos, siguió cuesta arriba, a 7.65 por ciento, acumulando 20 meses al alza consecutivos, y un nivel no visto desde hace 22 años.
Esta inflación subyacente se anticipaba en 0.57 por ciento mensual en julio y 7.60 por ciento anual.
Por su parte, la inflación no subyacente, aquella que sí incluye productos de alta volatilidad como los precios agropecuarios y energéticos, incrementó 1.09 por ciento mensual y 9.65 por ciento a tasa anual.