Ciudad de México, México.- La magistrada Janine Otálora Malassis confirmó que dejará su cargo en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el próximo 31 de octubre de 2025, al concluir el periodo de nueve años para el que fue designada, pese a que la reforma judicial aprobada en 2024 le permitía extender su mandato hasta 2027.
“El próximo 31 de octubre concluirá el periodo de nueve años para el que fui designada como magistrada de la Sala Superior del TEPJF. Así lo establece mi nombramiento y así lo respetaré”, escribió Otálora en un mensaje difundido en sus redes sociales.
La magistrada expresó que ha sido un honor formar parte del Tribunal Electoral, institución que —dijo— garantiza elecciones libres y auténticas en momentos clave para la democracia mexicana y el Estado de Derecho.
Una decisión con implicaciones institucionales
La salida de Otálora ocurre en un contexto de reacomodo dentro del Poder Judicial, tras la reforma impulsada por el Gobierno federal que extendió el mandato de los magistrados del TEPJF hasta 2027, con el argumento de mantener estabilidad rumbo a las elecciones intermedias. Sin embargo, la magistrada decidió no acogerse a la prórroga y concluir su encargo en la fecha originalmente establecida.
Su decisión deja una vacante que deberá ser cubierta por el Senado de la República, lo que podría influir en el funcionamiento del Tribunal y en las resoluciones de alto impacto político que se prevén de cara al proceso electoral de 2027.
Trayectoria de Janine Otálora
Nombrada en noviembre de 2016, Otálora Malassis fue la primera mujer en presidir la Sala Superior del TEPJF, cargo que ocupó de 2016 a 2019. Durante su gestión, participó en resoluciones trascendentales, entre ellas la validación de elecciones presidenciales y estatales, así como en la resolución de conflictos internos de partidos políticos.
Su postura institucional y su defensa del principio de independencia judicial la convirtieron en una de las figuras más reconocidas del derecho electoral mexicano.
Con su salida, el Tribunal Electoral enfrentará una nueva etapa de reconfiguración, en la que el perfil que asuma su lugar será determinante para mantener el equilibrio interno y la credibilidad de las decisiones electorales en los próximos años.
