En medio de diversos frentes políticos y coyunturales, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, puede dejar su cargo. Durante el fin de semana trascendió que había presentado su renuncia.
Hasta la noche del domingo, su equipo de Comunicación Social guardó silencio al respecto.
El ingeniero mecánico electricista lideró al equipo de trabajo que se encargó de cancelar y finiquitar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que desde su punto de vista “marcó un hito en la forma en que el gobierno toma decisiones asociadas al desarrollo de grandes proyectos de infraestructura”.
En 19 meses, la dependencia a su cargo brindó mantenimiento a 52,000 kilómetros de carreteras y modernizó 300 kilómetros más. También coordinó la construcción de 422 kilómetros de caminos de concreto con mano de obra comunitaria en municipios de Oaxaca, como se lo encomendó directamente el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La estrecha relación entre el Presidente y el secretario no impidió que en más de una ocasión se hablara de su salida del gabinete. Tampoco parece importar que la SCT fuera reconocida por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) por ser el mejor caso en el ejercicio del presupuesto (en el primer semestre ha comprometido el 98% de los 56,652.5 millones de pesos asignados).
Entre los argumentos coyunturales de la eventual salida figuran: el regreso de Emilio Lozoya (Jiménez Espriú es consejero de IDESA, empresa que se asoció en un proyecto con Braskem, filial de Odebrect), el conflicto con el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, por la autopista escénica Tijuana-Ensenada, la reciente asignación de aduanas y puertos a las secretarías de la Defensa y Marina y la licitación mediante la cual el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) vendió el acero del NAIM, en donde los participantes acusaron actos de corrupción.
Los pendientes del sexenio
En materia de infraestructura de transporte, la SCT tiene dos grandes pendientes: retomar las obras del tren interurbano México- Toluca (iniciado en el sexenio anterior y que desean dejar terminado en el actual) y coordinar el nuevo sistema aeroportuario del Valle de México, en donde es pieza clave la nueva terminal que se construye en Santa Lucía.
Además, se espera su participación en el programa de ayudas para las aerolíneas del país, que están fuertemente afectadas por la baja demanda de servicios a causa de la pandemia del Covid-19.
El paso de Javier Jiménez Espriú en la SCT queda marcado en la historia del país, por hacer que la mayoría de las áreas a su cargo tuvieran al frente a un ingeniero y no a un político.
En una conversión informal, previa a la toma de protesta de diciembre del 2018, dijo: lo único que me preocupa es que ya no podré ir a ver jugar a los Pumas, equipo de su Alma Mater.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx